martes. 19.03.2024

«La paz sin la lucha contra las minas es una paz incompleta. Insto a todos los Estados Miembros a mantener esta cuestión como prioridad de la agenda internacional en las negociaciones de paz, en las actuaciones para prevenir los daños durante los conflictos y en el despliegue de las respuestas humanitarias de emergencia en zonas de guerra».

—— António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas

Durante 20 años, la labor del Servicio de las Naciones Unidas de Actividades Relativas a las Minas (UNMAS) se ha centrado en las necesidades de las personas afectadas y se ha adaptado a los peligros causados por los artefactos explosivos a los que se exponen los civiles, el personal de mantenimiento de la paz y los trabajadores humanitarios.

Los objetivos del UNMAS son salvar vidas, facilitar el despliegue de las misiones de las Naciones Unidas y la distribución de asistencia humanitaria, proteger a los civiles, apoyar el retorno voluntario de los desplazados internos y los refugiados, posibilitar que se lleven a cabo tareas humanitarias y de recuperación, y defender el derecho internacional humanitario y los derechos humanos.

Las minas y los restos explosivos de guerra constituyen una grave amenaza para la seguridad, la salud y la vida de la población local o un obstáculo para el desarrollo social y económico. Por ese motivo, la Asamblea General decidió en diciembre de 2005 que, todos los años se observara el Día Internacional de información sobre el peligro de las minas y de asistencia para las actividades relativas a las minas .

«El desminado es una acción humanitaria»

El desminado salva vidas. Actuar contra las minas asegura que esos artefactos y otros explosivos en zonas devastadas por la guerra son hallados y destruidos, lo que permitirá la entrega de ayuda humanitaria y que los suministros lleguen a los más necesitados. El Servicio de las Naciones Unidas de Actividades relativas a las Minas (UNMAS) coordina equipos para despejar de explosivos las carreteras y pistas de aterrizaje, bloquear las zonas donde hay esos artefactos y capacitar a la población local para desminar y eliminar los explosivos. Nuestro trabajo es un primer paso crucial en el esfuerzo humanitario vital que seguirá.

Las minas terrestres no son los únicos explosivos que representan un peligro para los civiles que viven en zonas de conflicto o de post conflicto. Las bombas que no han sido detonadas, las granadas, las armas y munición sin dispositivos de seguridad, y los artefactos explosivos improvisados también pueden matar, herir e impedir el acceso a la atención médica, a la educación y al desarrollo. En Afganistán la cifra de muertes causadas por este tipo de artefactos es diez veces superior a las muertes por la explosión de minas terrestres.

Existen cinco componentes o "pilares" en la acción contra minas:

Localizar, retirar y destruir las minas antipersonal y los restos explosivos de guerra y marcar o vallar las áreas contaminadas.

Educar sobre los riesgos por minas para ayudar a las personas a comprender los riesgos a los que se enfrentan, promover cambios de comportamiento y aprender cómo mantenerse fuera de peligro.

Asistencia médica, rehabilitación y servicios de integración para las víctimas, incluyendo formación profesional y oportunidades de empleo.

Abogar por una prohibición total de las minas terrestres antipersonal y promover el desarrollo y el cumplimiento de instrumentos legales internacionales que aborden los problemas de las minas antipersonal y los restos explosivos de guerra.

Ayudar a los países a destruir sus existencias de minas antipersonal.

La naturaleza de los conflictos también ha cambiado. El creciente protagonismo de los actores no gubernamentales y la menor frecuencia de acuerdos de paz estables han creado un entorno más complejo y peligroso para los trabajadores humanitarios.

 

 

 

Fuente:un.org

Día Internacional para la sensibilización contra las minas antipersona