Vivos y muertos se dan la mano en la representación de Don Juan Tenorio, a cargo de La Tijera
Fiel a la tradición de los días de Santos y Difuntos, el grupo de Teatro La Tijera represenra en el Principal la obra inmortal de Zorrilla, Don Juan Tenorio. Desde ayer jueves y hasta el domingo, la compañía zamorana recrea el Tenorio, retomando la mejor tradición teatral española. Vivos y muertos se dan la mano en el escenario del teatro para recordarnos que hay vida más allá de la vida.
El mundo de los vivos y de los muertos; la vida más allá de la vida. Aquellos que regresan del otro lado de la vida para hacer justicia. La fuerza del amor. La salvación o la condena. Don Juan o la eternidad por amor a Doña Inés.
Las letras inmortales de José Zorrilla cobran vida un año más en el Teatro Principal de la mano del grupo La Tijera, que hace seis años recuperó la tradición del Tenorio, una obra que han incorporado a su repertorio estable y que han escenificado en diversos escenarios del país.
Un clásico para los días de Difuntos y Ánimas que los zamoranos pueden disfrutar hasta el próximo domingo en el Teatro Principal, que nos recuerdan que somos polvo que al polvo vuelve, pero polvo enamorado, como dijo el poeta.
Bajo la dirección de Indalecio Álvarez Campano, la obra mueve a un total de 36 personas, entre actores y tramoya. Como alicientes, este año La Tijera cuenta con la colaboración de una maquilladora profesional que ha trabajado con el Circo del Sol, así como con una escenógrafa profesional.
Así, sobre el escenario se recrean, de forma simple pero elegante, los puntos donde se sitúa la obra: la taberna, la casa de Doña Ana de Pantoja, la quinta de Don Juan Tenorio (donde tiene lugar la escena del sofá, a la luz de los candelabros, con un violinista interpretando el tema de Romeo y Julieta), la segunda mansión del Tenorio o el panteón donde Don Juan descubre la tumba de su amada Doña Inés e invita a su padre, el Comendador, a cenar a su mesa.
Con Jesús Ramos como Don Juan Tenorio; Verónica Calvo como Doña Inés de Ulloa; Indalecio Álvarez como Don Gonzalo de Ulloa (el comendador); Antonio Crespo como Don Luis Mejía y María José Gutiérrez como Brígida, entre otros, en los papeles principales de la representación, la obra incluye un magnífico elenco de actores que, aún siendo aficionados, demuestran una gran profesionalidad sobre las tablas, fruto de muchas horas de ensayo y una disciplina intachable.
Rezos, campanas, salmodias...una vistosa puesta en escena, tanto por el trabajo de los actores como por el juego de luces y los efectos especiales, hacen que el espectador se conmueva. Vivos y muertos conviven sobre las tablas del escenario y recuerdan al público que hay una vida más allá de la vida y, entroncada en la más pura tradición cristiana y católica, que hay un Dios que siempre perdona cuando prevalece el amor.
Y si prevalece el amor, Don Juan un año más es salvado para la eternidad por amor a Doña Inés.