El Museo Etnográfico presenta un traje que pudo pertenecer a Sánchez Mejías y que ha sido restaurado por la Escuela 'Mariano Timón' de Palencia tras un minucioso proceso.
La presentación de un traje de luces de principios del siglo XX que pudo pertenecer al torero Ignacio Sánchez Mejías, donado al Museo Etnográfico de Castilla y León por Julia Sanz Vaca en el año 2009, ha dado pie a una interesante mesa redonda para debatir el presente, pasado y futuro de esta original indumentaria en la que el novillero Pedrito de la Cruz puso la nota sentimental al decir, desde la experiencia personal, lo que significa enfundarse en la seda y el oro en tarde de compromiso.
El salón de actos del Museo Etnográfico acogió ayer la presentación del traje de torero, que ha sido restaurado tras un minucioso proceso de recuperación por los alumnos de la Escuela de Arte y Superior de Conservación y Restauración de Bienes Culturales 'Mariano Timón' de Palencia. El director de la escuela, Luis Alonso Rioja, y el profesor encargado del proceso, Iván Mateo, explicaron los pormenores de la restauración de las fibras de la prenda (muy delicadas al tratarse de seda) y los bordados de oro.
Azul purísima y oro en su origen, el traje ha sufrido un gran deterioro en su color, que en la actualidad aparenta un tenue gris perla, aunque en algunos detalles como los ojales se aprecien restos de su color e hilatura original.
En cuanto a su posible pertenencia al torero Ignacio Sánchez Mejías, el director del Museo Etnográfico de Castilla y León, Carlos Piñel, explicó cómo el traje llegó al centro museístico donado por Julia Sanz Vaca, quien a su vez lo habría recibido directamente de manos de la hermana del diestro.
Cuñado de Joselito El Gallo y testigo de su muerte en Talavera, Ignacio Sánchez Mejías toma la alternativa en 1919 en Barcelona de manos de Joselito y con Belmonte como testigo. Escritor y miembro destacado de la Generación del 27, a su muerte -como consecuencia de una cornada en la plaza de Manzanares- el poeta y amigo Federico García Lorca dedicó la más de las bellas elegías.
La periodista Patricia Melero contextualizó el traje de luces en su época histórica y explicó la evolución de la prenda a través de los siglos para finalizar exponiendo el uso que se le da en el presente, mientras el novillero palentino Pedrito de la Cruz puso una nota más personal y emotiva al explicar en dos breves pinceladas desde su propia experiencia lo que supone para un profesional del toreo enfundarse en la seda y el oro antes de salir al ruedo.
La intervención en esta singular pieza de indumentaria ha sido posible en virtud del convenio de colaboración entre el Museo y la Escuela iniciada con motivo de las prácticas de los alumnos de cuarto curso de los estudios superiores en la especialidad de textiles.