El salón de actos del Hospital Virgen de la Concha se ha llenado de cuadros muy especiales no sólo porque sirven para que las personas que tienen que estar una temporada en el hospital puedan abstraerse durante unos minutos sino porque la colección tiene un denominador común: están realizadas por personal del Sacyl.
Rara vez una exposición puede reunir estilos tan diversos en tan poco espacio. No hay ningún Van Gogh, ningún Mondrian, no hay un Velazquez, un Warhol o un Picasso, pero el salón de actos del Hospital Virgen de la Concha es un goteo de gente que pasa a admirar tan diferentes cuadros.
Los trabajadores del Sacyl han reunido una de sus pasiones en este espacio: la pintura. El cariño de quienes de forma amateur se deidcan a pintar de temáticas tan diferentes como paisajes, retratos, bodegones o costumbres; del día a día que viven y con el que sueñan.
Y las personas que se dedican a salvar vídas, a cuidar enfermos, a mantener el hospital en buenas condiciones, a hacer la estancia de la gente agradable han puesto un poco más de su esfuerzo y de su cariño en una colección pictórica que se puede admirar hasta final de año.
