Los zamoranos continúan con su racha de cuatro partidos consecutivos perdidos, en un encuentro que dejó con una sensación agridulce al Ángel Nieto. Por una parte, los de Saulo Hernández han revelado que son un equipo que merece más de lo que muestra la clasificación, tratando de tú a tú al Sammic ISB. Por el contrario el resultado, la impotencia en los rebotes defensivos y los fallos en los momentos clave han dejado al aficionado zamorano con un mal sabor de boca.
El partido comenzaba como una pesadilla para los locales. Pese a que la grada zamorana pudo disfrutar de un triple de su equipo en la primera jugada, durante el resto del primer cuarto solo anotaron otros tres tantos. El Sammic ISB le estaba endosando un 21-6 cuando sonó la bocina. Sin embargo, el segundo periodo sería una historia completamente distinta. El Baloncesto Zamora supo devolverle el golpe a los de Guipúzcoa. Los bloqueos en ataque estaban funcionando. Por ejemplo, Sangone Niang, tras un explosivo cambio de ritmo se llevaba a dos defensores, dejando a Iza Soler desmarcado en la línea de tres, que no fallaba. El Aquimisa Laboratorios se iba al descanso 31-35.
Sin embargo, el tercer cuarto volvía a destapar las carencias de los blancos. En ataque el equipo continuaba bien, pero lo que había sido un arma en el cuarto anterior para los zamoranos se volvía contra ellos: los bloqueos. Por poco que se movieran los jugadores del Sammic ISB, los locales perdían la marca. Niang quedaba emparejado con un pívot, Sherman se quedaba solo debajo del aro.... El Zamora tenía que mejorar. A todo esto se le suma un contraataque de los locales que acabaría en una más que dudosa falta en ataque. La grada comenzó a increpar al árbitro.
De nuevo en el último periodo los blancos sacarían la raza con la que habían remontado anteriormente. Afición y equipo estaban remando en la misma dirección. William Perry, en un momento dado, conseguía tres tiros libres cuando intentaba lanzar un triple. En ocasiones estaban haciendo parecer al Sammic ISB un equipo de benjamines. Niang, al ver lo fácil que había sido para su compañero lograr tres tiros libres, lanzaba a canasta después de que le hicieran falta, en un intento de que el árbitro le mandara a la línea de seis metros.
A un minuto del final, el árbitro no pitaría una falta importantísima para al Aquimisa Laboratorios, que le habría dado medio partido. La grada comenzó a rugir. Saulo, acorde con la afición protestaría al árbitro. Con el sonido de la bocina final, el Ángel Nieto despedía al colegiado al grito de "fuera". El equipo local, perdido por el campo, se rendía a la afición después del apoyo mostrado.
