Llegaba el líder al Ángel Nieto y durante los 40 minutos demostró porque ostenta ese lugar privilegiado en la clasificación, creando mucho peligro en todas sus acciones, pero encontrándose con el tremendo trabajo defensivo de los jugadores de Juanito.
Fue un partido de trincheras para el Arcebansa Zamora, que apretó los dientes desde el primer minuto y fue a por su rival, a morderle en la yugular y hacerle saber que estaba en el Ángel Nieto. Y el plan, de inicio, salió perfecto cuando Sergio Simón recibía un balón de Mañanes y lo colaba por la portería de Arrivi.
A partir de ahí los zamoranos mordían la salida de balón de los gallegos, pero se cargaban muy pronto de faltas, y eso les obligaba a medir sus acciones cuando todavía estaban 16 minutos de la primera mitad. Narón avasalló entonces con un gran fútbol sala y mereció el empate en alguna de las ocasiones en las que los zamoranos no acababan de tapar la fuga de agua que era en esos momentos el quinteto. Juanito pidió tiempo muerto y tranquilizó a sus jugadores que no encontraban la manera de salir de su propio campo con balón.
El tiempo muerto le sentó de lujo a los zamoranos, que en una jugada de córner ponian el 2-0 con una volea de Sergio Simón desde 15 metros que se colaba por la escuadra de Arrivi sin que este viera venir el balón. Los zamoranos, que tantas otras veces habían tenido que tirar y tirar hasta marcar gol, habían encontrado la puntería perdida.
Narón siguió apretando y un error de Velasco, que fue de más a menos en el partido, permitió la contra del 2-1 con el que finalizaría la primera parte después de que los gallegos marraran un doble penalti.
En la segunda mitad el juego se volvió mas bronco y las decisiones arbitrales no dejaron contento a ninguno de los dos equipos. Primero pidieron los zamoranos falta de Arrivi en un balón que golpeaba Carlos Pintado en la frontal del área y el cancerbero, al salir a por el balón, acababa golpeando al jugador rojiblanco. También pidió la parroquia local la expulsión del capitán visitante por un gesto hacia el duo arbitral que acabó en reprimenda. Los gallegos, por su parte, vieron como se les anulaba un gol al pitar falta de los zamoranos y no dar ley de la ventaja.
Todavía tendría tiempo de marrar otro doble penalti el equipo gallego, aunque los zamoranos podían haberse adelantado en alguna jugada de estrategia que a punto estuvo de culminar en gol. Juanito apostó con el portero jugador, pero ninguno de los dos equipos consiguió ver puerta y se repartieron los puntos.
