viernes. 29.03.2024

El equipo de Juanito firmó tablas (2-2) frente al Don Ulpiano Albense, quinto clasificado, en un gran partido de ambos equipos, que siempre jugaron al límite y que se acabó decidiendo en pequeños detalles.

El Arcebansa Zamora ya no se tambalea cuando vienen mal dadas, ya ha dejado atrás los malos ratos de fútbol sala que compaginaba con momentos de calidad, ahora es un equipo sólido, firme, que ha superado las adversidades y que no rehuye el cuerpo a cuerpo contra cualquier equipo.

Porque Don Ulpiano Albense es una buena escuadra con juventud, con jugadores descarados que quieren hacerse un hueco en este deporte, y con hombres consagrados como Carlos Sierra, Chino o Pipe que le aportan esa calidad y veteranía necesarias para que un equipo funcione. Y el Arcebansa Zamora, ese que en la ida había sido bailado, consiguió empatar y, quizá, mereció estar más cerca de la victoria que los salmantinos.

Y eso que durante gran parte de la primera parte fue mejor el equipo visitante, que vivía en campo zamorano más que tiempo que en el suyo, que sobaba la bola, la dormía hasta que encontraba un hueco donde pasar, hasta que perforaba la defensa de los de Juanito, que fue intensa, como lo es el técnico.

Los locales, por su parte, eran eléctricos y daban calambrazos cada vez que se asomaban a la portería contraria. No le temblaba la pierna a Velasco o a Zeus para cargar la pierna y disparar, para hacer volar al cancerbero visitante que atrapaba todas las pelotas. Pero, esa excitación le iba a pasar factura a los zamoranos que veían como, a algo más de un minuto del descanso, Zeus veía la segunda amarilla y era expulsado en una jugada que, no era merecedora de tanto castigo aunque Zeus iba buscándola.

Y Juanito sacó al terceto especialista en esta defensa, el que consiguió secar a Noia la semana pasada, el que casi consigue hacerlo con los de Alba de Tormes. Cuando restaban 20 segundos, Carlos Sierra batía de tacón a Ángel y ponía por delante a los suyos sin tiempo para más en esta primera mitad.

En la segunda parte fue bastante mejor el Arcebansa Zamora, que acorraló a los salmantinos desde el inicio, obligándoles a perder balones en la salida de portero, encerrados en su área y despejando ocasiones de gol. Aguantaron unos minutos hasta que Oli perforó la portería visitante tras una buena jugada de Velasco.

Después siguió el acoso, sobre todo cuando entró Adrián Castronuño, que gana protagonismo cada partido y que tuvo momentos de intensidad máxima, agobiando al rival e, incluso, provocando una falta peligrosísima que el cancerbero sacó cuando el balón ya entraba en la portería.

Tanto empujó el equipo zamorano que en otra jugada embarullada, en la que los zamoranos siempre acababan llevándose el balón porque iban con más ganas, Jorge puso el 2-1 y el Ángel nieto explotó de alegría con la momentanea victoria.

Fue a partir de ahí cuando volvió a recomponerse el Albense, aprovechando un pequeño bajón de los zamoranos, igualando las fuerzas y consiguiendo, en los minutos finales, el empate a dos con el que finalizaría el portero.

Todavía hubo tiempo para que los charros se pusieran de cinco y para que los zamoranos tuvieran dos ocasiones muy claras de gol que se acabaron escapando por centímetros.

El Arcebansa Zamora logra un buen punto y prosigue con su mejoría