miércoles. 24.04.2024

Hubo un día que el Balonmano Zamora visitó el pabellón de los sueños. Ingenuos, todos creíamos que estaba en Alcobendas y sin embargo estaba en Santander. En Alcobendas los zamoranos sólo se encontraron un buen partido de balonmano, una hinchada entegada, una derrota dolorosa y la complicación de un sueño. En Santander tocaron la gloria.

Sin embargo, el pabellón de los sueños, igual que la isla de Lost, se mueve en el espacio y en el tiempo y uno puede encontrárselo de nuevo en el camino cuando persigue el mismo objetivo: vivir un año más en Asobal; y de Santander puede viajar a Guadalajara y del 10 de mayo al 15 de mayo, eso sí, del año siguiente.

Y puede que sea el empuje de la victoria frente a Gijón, el Ángel Nieto siempre vestido de verde pistacho, la cercanía del objetivo o que este equipo nunca falla en los momentos calientes; pero en la ciudad se respira optimismo y ganas de que llegue el viernes a las 20:30 horas. Y en los cafés, en las tiendas, en las tertulias deportivas se habla de la posibilidad de mantenerse otro año en Asobal, y casi todo el mundo ya conoce quien es el MMT Seguros y el run run de la calle tiene ese verde esperanza al que se aferra la ciudad cada Jueves Santo y que mantiene hasta bien entrada la primavera cuando empuja a sus equipos en pos, casi siempre, de una salvación.

Igual que en Santander, los chicos de Eduardo García Valiente no estarán sólos, puesto que el Ejército de Viriato ha organizado un autobús que acompañará a los zamoranos en su empresa, alentando a los Viriatos para conseguir sumar lo que, no podrá significar la salvación matemática, pero si podría ser determinante de cara la jornada de sábado.

Sueñen, es gratis.

El pabellón de los sueños