jueves. 25.04.2024

Si el encuentro fue emotivo para todos los jugadores del Balonmano Zamora, lo fue por encima de todo para uno  que se despedía de la que había sido su casa los últimos tres años y en la que deja multitud de amigos. El chileno, manteado por sus compañeros, recibió una sonora ovación del público.

Primero abatimiento. El cansancio del guerrero que lo ha dado todo en el campo y la tristeza de un resultado irremontable. Después, las lágrimas por el descenso. Por último la emoción por el calor de una afición que, aunque triste por la derrota, quiso brindarle la mejor despedida posible.

Sus compañeros le animaron a salir al medio del campo para recibir allí el calor del público, a la par que le mostraron su cariño por estos tres años en el conjunto pistacho.

El pivote chileno confirmó la pasada semana su salida hacia otro equipo de la Asobal, que aunque está por confirmar todavía, será Benidorm con gran seguridad, aunque todavía el club costero no lo ha confirmado y habrá que esperar unos días para saberlo.

El adiós de Salinas