sábado. 20.04.2024
Un momento del acto en memoria de Iván Fandiño (Foto: Arturo Delgado)

La afición de Zamora rinde homenaje a Iván Fandiño con un emotivo acto en el ruedo de la plaza de toros.

La Plaza de Toros de Zamora se ha convertido esta mañana en un templo al cielo raso en un acto-oración en homenaje a Iván Fandiño, quien toreó en el ruedo zamorano en un acto sencillo, íntimo, cargado de respeto, cariño y dolor, con la intervención del capellán de la plaza, Pedro Fagúndez, y del músico toresano David Rivas.

Aficionados, profesionales como Juan José Padilla, Raúl Gracia El Tato, Joselillo, el zamorano Alberto Durán, el ganadero Gerardo Ortega, los periodistas Jesús López Garañeda, Celedonio Pérez e Ignacio de la Serna, ganaderos de la provincia, el crítico taurino y profesor de Literatura Fernando Primo, subalternos, veterinarios y miembros del Foro Taurino de Zamora se han emocionado con las palabras de la periodista Ana Pedrero dedicadas al diestro de Orduña fallecido el pasado sábado 17 de junio en la Plaza de Toros de Aire Sur l´Adour (Francia), "mi león, nuestro león", de quien ha destacado su espíritu libre e independiente, su "absoluto amor" al toro y su "valentía sin fisuras".

La periodista ha recordado al también fallecido Víctor Barrio, señalando que el toro que mata "también les da la vida" y que los toreros son los únicos hombres y mujeres "capaces de ofrecer la vida por un sueño" en un mundo lleno de mentiras, "falto de corazón, de sangre, de latidos".

Tras destacar el lado humano de Fandiño y Víctor Barrio y recordar a Néstor, aporderado del león de Orduña, "otro león que se peleaba en la selva de los despachos", la periodista ha subrayado que la muerte del torero recuerda que "hay cornadas que no salvan ni los milagros de la medicina ni los milagros de Dios", y ha elevado la voz para que se respete a los toreros y a los taurinos, que se defiendan los pensamientos desde la tolerancia y el respeto que otorga la Constitución, y ha destacado que "detrás de los trajes de luces hay padres, hay hijos, hay mujeres, amigos y compañeros que lloran, que aman, que viven".

Tras un intenso minuto de silencio, el capellán de la plaza ha procedido a rezar por el descanso del torero ante la imagen que preside la capilla del coso taurino, instalada en un pequeño altar en el ruedo junto a una imagen del diestro fallecido y un ramo de flores.

Evocadora, triste y dulce, la música del genial compositor toresano David Rivas ha ilustrado el acto, en el que la afición taurina se ha mostrado unida como una segunda familia para arropar en el dolor a la familia del diestro y a todos aquellos que visten el oro y la plata.

 

GALERÍA (Fotos: Arturo Delgado)

 

 

 

En memoria de un león que ruge en los cielos