Un total de 65 piezas que muestran en su mayoría la evolución de los símbolos con el paso de los siglos se pueden ver en la exposición 'Huellas en la Historia', que reproduce objetos de distintas épocas hallados en la Península Ibérica, desde los asentamientos celtas e íberos de los siglos V y IV antes de Cristo hasta el renacimiento.
La promotora de la exposición, Ana Jiménez, señala que la exposición, especialmente adecuada para ser visitada con fines didácticos por alumnos de Secundaria y Bachillerato, hace un recorrido por el pasado a partir de símbolos hoy muy reconocidos como la paloma de la paz, el pez o el crismón que tienen un origen histórico.
La muestra, que se puede visitar hasta el próximo 27 de febrero en la sala de la Alhóndiga, tiene una composición cronológica que parte de las estelas celtas y los objetos íberos de los siglos V y IV antes de Cristo y que luego muestra un ajuar funerario íbero, piezas paleocristianas y reproducciones de objetos entre en los siglos I y VI después de Cristo hallados en diferentes yacimientos arqueológicos.
El recorrido expositivo continúa por la época visigoda, el prerrománico o símbolos románicos como el gallo, muy usado en las veletas como símbolo de protección que anuncia el día. La muestra se completa con espacios dedicados al arte hispanomusulmán, la epoca de la inquisición y, para concluir, el renacimiento de los siglos XV y XVI.
Lucernas, vasijas, estelas funerarias, relieves y cruces son algunas de las piezas que integran esta exposición que ha viajado por una docena de salas de toda España y que antes de recalar en Zamora se mostró en Guadix (Granada) mientras que el siguiente destino será la capital granadina, donde se mostrará en el mes de abril con motivo de la feria del libro.
'Huellas en la Historia' pretende ser una exposición didáctica y a la vez reflexiva de cómo el hombre ha dejado su impronta en "un soporte tan humilde como el barro al que le ha dado un valor espiritual con sus formas e inscripciones", según detalla el catálogo de esta selección de reproducciones arqueológicas, en el que se hace referencia además a los cuatro elementos primigenios (tierra, agua, aire y fuego) que son interpretados en manos del alfarero como "una melodía infinita y creadora" que permite construir un lenguaje simbólico que "ha sobrevivido al paso del tiempo y por ello se ha converitido en obra de Arte".
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