jueves. 25.04.2024
Rastro de Olivares

Trazos de la vida que se diluyen en blanco y negro se entremezclan con el colorido de broches, muñecas y demás objetos modernos. Huellas del alma de un barrio que bañado por las aguas del Duero no para ni un solo momento. El silencio de las fotografías antiguas se mezcla con el murmullo ensordecedor de todos los puestos que un domingo más se instalan para proporcionar a los vecinos la posibilidad de realizar intercambios.

No hace falta irse a Madrid para encontrar el rastro, en Zamora existe y como cada domingo se llena de viandantes y curiosos que se acercan para descubrir entre todos los objetos pequeños tesoros que llevarse a casa. Este domingo, el Duero bañaba este espacio para realizar trueques, el barrio de Olivares acogía una vez más el rastro. Olivares, esta mañana

Con los ojos bien abiertos y una sonrisa enorme, un niño miraba una figurita de Spiderman y con su voz infantil le rogaba a su madre que era incapaz de negarle al más pequeño tal preciado objeto, tan solo un euro hacía feliz a este niño. "Es un espacio perfecto para hacer pequeñas compras, nos ayudamos los unos a los otros que la vida está muy cara", decia un tendero. "Se pueden hacer intercambios de objetos o comprar libros y muchas otras cosas", añadía otro mientras en alto publicitaba sus objetos. Estampas antiguas

Sin embargo, los protagonistas de la mañana de hoy no eran los puestos, sino las decenas de fotografías antiguas que se mecían al viento. Estampas en blanco y negro que recogían el espíritu de un barrio que desde sus orígenes siempre ha estado en continuo movimiento. La alegría de sus gentes se impregnaba en el papel fotográfico, sombreros mexicanos se mezclaban con las imágenes de la fuerza de la naturaleza, el Duero en todo su esplendor aparecía recogido en una serie de fotografías que mostraban sus efectos en el barrio.Estampas antiguas

Una mañana más de intercambio pero no solamente de objetos, sino de conocimentos, de alegría y de vida. Una mañana para el encuentro. Rastro en OlivaresEl Duero al paso por Olivares

Trazos de la vida en el rastro