viernes. 29.03.2024
En la iglesia de San Claudio la Hermandad de Penitencia ultimaba los preparativos de la procesión de mañana

La Hermandad de Penitencia pone a punto sus enseres para la procesión de mañana.

El Martes Santo es día de vísperas en San Claudio de Olivares, donde esta mañana los hermanos de paso y directivos de la Hermandad de Penitencia ponían a punto los enseres de la cofradía, después de descender al Cristo del Amparo y colocarlo en las andas en las que mañana saldrá en procesión a hombros de los hermanos de carga.

A las diez y media acudían los cargadores a la panera, ubicada a escasos metros de la iglesia y donde se guardan en un orden milimétrico faroles, capas y enseres de la cofradía, para trasladar las andas en las que colocar a su imagen titular, el humilde Cristo del Amparo, el de la calavera y los cardos a sus pies. Allí, lejos de las miradas indiscretas y del bullicio, pueden tocarlo y acariciarlo, cogerlo en sus brazos casi acunándolo antes de erigir la Cruz en vertical para que se cumpla por las calles de Zamora el misterio de su muerte.

El cotanero de la cofradía, Ángel, se afanaba en limpiar los cristales de los faroles de las andas, par después colocar los velones que mañana alumbrarán el paso del Cristo por las calles, ayudado por Pepe Aguirre, que lo mismo vale para un roto que para un descosido y que personifica la ilusión que todos tuvimos un día cuando nos abríamos a la vida y hacíamos santa de verdad esta semana desde la emoción más pura y sin trampas que existe.

Una vez ubicado el Cristo en sus andas, en el altar mayor fueron colocados el pendón morado que abre la procesión, la cruz Guía y la preciosa cruz parroquial de San Claudio de Olivares, que este año saldrá por primera vez en la procesión.

Al final y antes de cerrar las puertas del templo, la foto de rigor de los presentes junto al Cristo, un año más, con la presencia del pregonero de este 2015, el ecultor Ricardo Flecha, quien públicamente hizo en su pregón un acto de fe por el Cristo humilde del Amparo y la intimidad de la procesión del Miércoles Santo.

También acudió con la ilusión de quien regresa a la tierra que siempre le acompaña el periodista zamorano Sergio Martín Herrera, director del Canal 24 horas, quien quiso cumplir con la ilusión de posar con una capa parda, la capa de honras de Aliste, que mañana será hábito penitencial. Y la consabida foto de grupo -Pedro, Lupa, Toño- para recuerdo de quienes participan de estos ritos que se repiten año tras año, cuando más cerca está el hombre de Dios porque acaricia su carne, aunque sea de madera, y le habla al oído cuando lo descienden de los altares.

Después, con el trabajo que no se ve pero que sostiene toda la Semana Santa para que las procesiones salgan con todo su esplendor a la calle, regresó el silencio al templo de Olivares, junto al río, donde los vecinos ya descuentan las horas para ver salir a su Cristo entre penitentes de capa parda y farol de pajar, el lamento del bombardino y el estruendo de las matracas.

Galería de imágenes de Rafa Lorenzo.

 

 

Día de vísperas en San Claudio