viernes. 29.03.2024

La zamorana Rosi Urones permaneció más de quince horas desaparecida el Martes de Carnaval y se recupera en el Hospital Virgen de La Concha.

En la tarde del Martes de Carnaval Rosi Urones se preparaba en su casa del zamorano barrio de Los Bloques para acudir al desfile de Carnaval acompañada por su madre. Una huída inesperada dio al traste con los planes de la tarde. Sobre las 17:30 horas, Rosi salió de casa sin rumbo y caminando poco a poco se alejó de Zamora bajando desde el Alto de los Curas hasta una tierra cercana al pueblo de Algodre, a 18 kilómetros de su casa, donde fue encontrada por su hermana Elisabet quince horas después.

En una tarde de viento y lluvia desapacible; la voz de alarma se daba entre amigos y familiares. Todas las hipótesis eran posibles, por lo que numerosas personas peinaron andando y en coche los aledaños de la ciudad y pueblos pueblos del alfoz también sitios donde se sospechaba podría haber ido.

Rosi fue vista saliendo de Zamora a la altura del Centro Comercial Vista Alegre, una pista que una vez difundida en las redes sociales dio un giro a la búsqueda que a la desesperada hacían familiares y amigos. Rosi Urones es una persona discapacitada de 48 años que goza de buena salud pero que es imprevisible en una huída.

Hacía 20 años que no sufría un episodio como este y en aquella ocasión, recuerda su hermana, se perdió en la zona de los Tres Árboles donde fue encontrada sana y salva. Rosi permanece interna en un colegio especializado en Valladolid y tras la pista del Alto de los Curas todo hacía presagiar que podía haber iniciado un viaje particular hacia su colegio.

Familiares y amigos comenzaron una búsqueda activa en la ciudad coordinados por whatsapp y, pendientes en todo momento de redes sociales y teléfonos, buscaron por pueblos del alfoz, caminos y bosques a toda prisa, ya que tras más de 5 horas de búsqueda anochecía y todo empezaba a complicarse.

La orden de búsqueda y la denuncia puesta en Comisaría activaba el protocolo de actuación en los cuerpos de seguridad que difundían la fotografía de Rosi Urones entre los coches patrulla de la ciudad. Su hermana Elisabet se personó en las dependencias policiales y hacía lo mismo en la Guardia Civil, temiendo que Rosi hubiera abandonado la ciudad.

Poco después de las 12 de la noche y gracias de nuevo a las redes sociales y a los avisos que llenaron los whasapp y que corrían como la pólvora en los dispositivos móviles de los zamoranos, una pareja que paseaba por Coreses avisó a la Guardia Civil afirmando que habían visto a una persona que coincidía con la descripción dada en la red.

En ese momento la búsqueda dio un vuelco y familiares y amigos se lanzaron a la carretera de nuevo para rastrear la zona donde había sido avistada. Cuatro patrullas de la Benemérita junto con otros tantos coches de familiares y amigos batieron el término de Coreses sin éxito. Fueron la intuición o quizá la cercanía y la desesperación o el nerviosismo los que, tras ver un pañuelo de la madre de Rosi atado en un árbol cerca de Algodre, ponían en alerta de nuevo a todos los integrantes de la búsqueda.

El dispositivo continuó carretera adelante con varios vecinos de Coreses que se unieron a la búsqueda. Tras varias horas de batida con frío y viento intensos y tras revisar un camino por donde ya habían pasado anteriormente sin haber visto nada, Rosi aparecía embarrada y atascada en un lodazal. No era capaz de articular palabra debido a la hipotermia que sufría, aunque sí pudo decirle a su sobrina Vanesa "me he caído". La desaparecida llevaba más de tres horas atascada en una tierra llena de barro y muerta de frío.

Desde ese momento todo ha evolucionado de forma positiva. Así, se dio aviso a los servicios de emergencia para su traslado en ambulancia a Zamora al Hospital Virgen de la Concha donde permanece ingresada, aunque ya está en planta recuperando de forma satisfactoria.

Zamora News ha visitado a Rosi en el hospital. La protagonista de esta odisea ya habla y sus constantes son normales, después de quince horas de angustia y desesperación que afortunadamente han tenido un final feliz.

La familia agradece el esfuerzo de todos los que ayudaron en la búsqueda y esperan una pronta recuperación de Rosi Urones, una persona discapacitada e indefensa que ha contado con la ayuda desinteresada de todos los zamoranos. Gracias en su nombre y en el de su familia.

Crónica de una desaparición con final feliz