jueves. 25.04.2024

En torno a 50.000 personas viven en la calle y Cáritas Diocesana quiere poner en valor lo que las personas que trabajan en Cáritas llevan haciendo por las personas sin hogar.

Antonio José Martín de Lera presidente de Cáritas Diocesana en Zamora y María León directora del centro de acogida Madre Bonifacia presentaban esta mañana en la casa de acogida los datos y vivencias de un programa que sobrecoge por sus datos y cala hondo en la explicación de las vivencias de sus protagonistas.

Bajo el lema ·somos personas, tenemos derechos, nadie sin hogar" Cáritas a través de la Casa de Acogida Madre Bonifacia hacía balance esta mañana sobre las personas sin hogar.
Más de 400 personas han pasado por el centro de acogida este año y las tendencias cambian tras años de crisis y de salida de muchos inmigrantes que hasta ahora eran usuarios del centro, lo relacional es ahora la causa de mayor de asistencia de usuarios, el desarraigo familiar es ahora lo que prima ante la pobreza que tampoco deja de ser importante.
Las personas que permanecen por tiempo prolongado en un 70% consiguen salir del centro para vivir de manera autónoma un porcentaje esperanzador pero que hace pensar en que centros de este tipo son muy necesarios y las administraciones no hacen todo lo que debieran por mantener este tipo de centros.

Programa de educación en calle
Con este programa que ha contado con la presencia de un educador en la calle y que ha recorrido toda la ciudad Cáritas ha contactado con 70 personas en Zamora y con este programa se toma el pulso a una realidad latente en la sociedad tanto española como en la zamorana, poco importa lo que se haga por la vida de estas personas, pero luchar por ellos, por sus derechos y por la reinserción en la sociedad es uno de los cometidos de esta casa de acogida en Zamora, su labor pone de manifiesto la realidad de una sociedad que olvida que cualquiera puede acabar sin hogar y con un problema de desarraigo como el de los 50.000 españoles que sufren esta situación.

De los contactos realizados por el educador 32 personas han pasado por el centro, 10 sólo lo hicieron para utilizar el servicio de duchas y comedor, 16 de estas personas son de Zamora, 19 extranjeros, 15 tienen problemas de drogas, 7 de alcohol, 5 tienen problemática de patología dual, y en 30 de los casos el principal problema es el desarraigo. Hay también personas complementan sus pensiones o rentas de subsistencia con el paso por el centro sobre todo para alimentarse y conseguir ayudas en diferentes formas.

El perfil del zamorano sin hogar es un hombre que se quedó sin trabajo sobre todos en grandes ciudades y que suele venir del mundo rural y que cuando vuelve a su casa siente el rechazo de los suyos y se pierde en la vorágine diaria sin esperanza de que nadie le tienda la mano. La mujer si que tiene mejor integración tanto social como familiar comentaba María León directora del centro.

Mónica, trabajadora social en prácticas, cuenta su realidad en el centro.

"Cada día que pasa es un poco más enriquecedor, todo el que pasa por aquí es gente como nosotros, el problema es que las trabas siempre son altas", comentaba. Ellos no están en la calle porque si, nadie elige por su propia voluntad estar en la calle aseguraba dando fe de que lo que ocurre con este tipo de personas es que poco importan a la sociedad. "Un día salí con el educador de calle, no sin temor sobre lo que podría encontrarme, y me encontré con gente amable que estaba deseando que le hablaran, ellos quieren atención, el problema está en que en el 90% de los casos ante necesidad de atención reciben patadas", Mónica, relataba su vivencia personal en un centro de acogida que trabaja durante todo el año 24 horas al día.
Importante ver y acercarse.

Fernando Sendón, usuario del centro, gallego de 52 años llegado a Zamora tras pasar por Caritas Burgos, comentaba su experiencia:

Tres pérdidas en menos de un mes, su madre, su hemana, y su pareja le dejaron atónito y a reactivo ante el duelo. Tras más de un año de idas y venidas este mecánico naval que vivía en Mallorca, hablaba de la igualdad en que pone la calle a todo el que acaba en ella. Esta y otras muchas situaciones: "nos lleva a una carencia de autoestima, y cuando esta situación es larga acaba dando resultados de desarraigo, enfermedades, drogas y dependencias ante la búsqueda de un futuro más que incierto". Fernando agradecía la ayuda prestada por Cáritas y la Casa de acogida en Zamora y reivindicaba la situación: "El estado lo ha dejado en manos de las asociaciones del sector, sin prácticamente ayuudarles en nada, por ejemplo el Sareb tiene miles de viviendas que podría ofrecer para integrar a personas que tienen problemas como el mío por ejemplo así y todo sería más fácil ..."

Los perfíles han cambiado, antes eran muchos más los inmigrantes usuarios del centro, pero hoy en día se asienta la tasa de españoles con rentas mínimas, personas con problemas de drogas, problemas mentales, y de depresión, de desarraigo en definitiva. Cáritas llega al 99% de la población con este tipo de problemas y ahora son jóvenes, y mayores españoles, con rentas mínimas son también usuarios de este centro que asiste a residentes y transeúntes. Hoy en el centro 17 personas harán uso del mismo junto con 9 transeúntes, personas sin hogar que buscan un futuro que la sociedad olvida y que todo el mundo tiene derecho a tener. La esperanza sigue viva en este centro en Zamora y con su programa y campaña Personas sin Hogar "Somos personas, tenemos derechos. Nadie sin hogar" se pretende poner en valor y dar a conocer a la sociedad este problema que puede llegar a cualquiera.

 

Datos y vivencias que calan hondo. Cáritas presenta su Campaña de Personas sin Hogar:...