26 de agosto de 2017, 10:53
Tras la noche en vela de la comarca sanabresa y con la llegada del alba, se dibujan las lágrimas de la montaña y se reflejan en el Lago. La sin razón humana vuelve a herir la naturaleza que nos da la vida, en la cabeza del descerebrado que ha provocado el fuego estará su razón, pero también su pesar y castigo.