Un niño Jesús de carne y hueso, una María que aguantaba sentada mirando con devoción o un José paciente, esto es lo que esta tarde se encontraban los vecinos de Monfarracinos. Un belén viviente elaborado con mucho mimo que atrajo a numerosos curiosos.
La Asociación Monterracinos llevaba casi un mes organizando este enorme belén viviente, más de 200 personas se embarcaban en un proyecto original para hacer disfrutar a todo el pueblo. Tras mucho trabajo elaborando los disfraces y los escenarios esta mañana montaban todo para que durante la tarde curiosos y visitantes pudieran disfrutar de la estampa más navideña.
Casi 50 personas disfrazadas hacían las delicias de todos los asistentes, unos 1.500 en lo que va de día, que visitaban el pabellón municipal donde estaba ubicado el belén viviente. Durante toda la tarde se iban sucediendo curiosos que alaban el gran trabajo de esta asociación cultural.
A las siete de la tarde además, los niños de Monfarracinos pudieron entregar sus cartas a los Reyes Magos pidiendo así sus preciados regalos.
