jueves. 28.03.2024
Aspecto del salón de plenos del antiguo palacio provincial

Un viaje por el tiempo a través de la arquitectura. Los asistentes al pleno del Bicentenario de la Diputación pudieron conocer, de la mano del historiador Pedro García Álvarez, los pormenores del edificio y de su salón noble. Un escenario de 200 años para un pleno del siglo XXI.

El presidente de la Diputación, Fernando Martínez Maíllo, quiso que el archivero de la Diputación situase a los presentes en el contexto histórico donde se desarrollaba la sesión plenaria extraordinaria. Un hermosísimo salón de plenos -una de las joyas prácticamente desconocidas en la ciudad- para conocer el escenario donde tendría lugar el pleno de conmemoración de los dos siglos de la institución provincial.

Las pinturas del salón son una crónica de la historia de ZamoraUn salón de plenos sito en el edificio que diseñase en 1882 el arquitecto Pablo Cuesta, al que sustituyó posteriormente en la dirección de obra el arquitecto provincial, Segundo Viloria. Tras destacar la perspectiva reorenacentista del edificio (con una vistosa portada, obra del escultor Eduardo Barrón), Pedro García Álvarez se refirió al concurso convocado para realizar las pinturas del salón, al que concurre un sólo proyecto, obra de Ramón Padrón y avalado por el historiador Cesáreo Fernández Duro.

Así, los asistentes conocieron cómo desde las pinturas murales les contemplaban los rostros de Doña Urraca, Doña Elvira, Arias Gonzalo o los dos reyes que ha dado la tierra zamorana: Fernando III el Santo o Juan II. Además, se detuvo en los medallones con retratos de los prohombres zamoranos y continuó su recorrido por la sala deteniéndose en el techo, "concebido como un tapiz renacentista en tres paños".

Esas tres escenas, según detalló el historiador, muestran cómo el rey Alfonso IX toma la ciudad de Mérida con la Seña Bermeja en su mano; en el centro, el visitante contempla cómo el general romano Flavio se rinde ante Viriato, decisión que sería ratificada por el Senado romano; mientras que la tercera escena recoge el momento histórico en que el Rey Fernando el Católico incorpora a la Seña Bermeja la franja de tafetán verde que llevaba en su pecho, como agradecimiento a la Batalla de Toro, librada en Peleagonzalo. Este hecho además implicó la concesión de la Feria de Botiguero a la ciudad, así como el nacimiento del Estado Español como Reino.

Aunque con concepción renacentista, García Álvarez situó también las pinturas dentro de la influencia del arte francés de la época de Napoléon III y finalizó su intervención aludiendo al retrato de Alfonso XII que preside la sala, encargado por la Corporación Provincial a Padrón con dos condiciones: que el rey estuviese en pie y que luciese el Toisón de Oro.

Entonces dio comienzo la sesión plenaria. Un pleno del siglo XXI, aunque dos siglos de historia contemplaban desde los muros del salón a los presentes.

 

Un escenario de 200 años para un pleno del siglo XXI