Palacios del Pan surge en 1932, pues los habitantes de Ricobayo se intalan allí tras ser inundadas sus tierras y casas por el agua del embalse. Los actos del Domingo Gordo o de Carnaval son a partir de las cinco de la tarde desde el Ayuntamiento, cuando la Vaquilla flanqueada por los Cencerreros, empieza a atacar a todos los allí congregados.
Comienza el desfile de este Domingo de Carnaval con la Vaquilla escoltada por los Cencerros encabezando el pasacalles. Les sigue el Patriarca gitano con una carretilla de ceniza que irá lanzando a los espectadores. Detrás de él vienen los Gitanos y Gitanas, algunas subidas en un carro tirado por una burra y, cerrando el cortejo, van dos gaiteros, un tamborilero y un bombo.
El desfile se dirige hacia un monumento instado en una deteriorada estela romana en el que, subido a la peana, el Patriarca lanza un discurso en el que propone un reto al Cencerrero y al Cencerrero Mayor consitente en un duelo a espada. Al vencedor le "coronan" con un sombrero de paja deshilachado y adornado con un cráneo de gato, dos pezuñas de cerdo y colas de zorro. Por otro lado, al vencido lo azotan los zurriagos y le pinchan con la horca de madera. Para finalizar, se rinde homenaje y pleitesía al vencedor.
Los Gitanos y Gitanas adornan el armazón de la Vaquilla con cintas de colores, a cada cual corresponde un obsequio por el que se peleará la chiquillería en el camino de vuelta. Ya en la plaza aún suele quedar alguna cinta que sigue siendo ansiada por los muchachos. El Patriarca, aprovechando la distracción de la gente, trata de volcar su ceniza sobre ellos. Tras ser arrebatada la última cinta, la Vaquilla es sacrificada por el Cencerro Mayor. Los Gitanos y Gitanas empiezas la cuestación casa por casa ofreciendo a cambio "bollos nevados", terminando la fiesta con una invitación a todos los presentes.