jueves. 28.03.2024

Entre el respetuoso silencio que cada noche de Lunes Santo acompaña al Cristo del Amparo durante su procesión por diversas calles de la ciudad de Toro se dejaba oír el lamento, triste, pausado, rítmico, del bombardino, unido en ocasiones al golpeteo de las matracas. Sonidos propios y característicos del discurrir de esta procesión, sobria y solemne, organizada por la Real Cofradía del Santísimo Cristo del Amparo.

Sin embargo, antes de que diese comienzo este desfile procesional por las calles, la iglesia de Santa María de Arbas acogió uno de los actos singulares de la Pasión toresana, el tradicional canto penitencial del Miserere, interpretado por el Coro Parroquial de la Trinidad. Además, antes de que diese comienzo la procesión, la Hermandad dio entrada oficialmente a una nueva cofrade con una sencilla ceremonia frente a la imagen del Cristo del Amparo.

el Coro Interparroquial de Toro durante una de sus intervenciones a lo largo del recorrido. Foto: Marisol CámaraSeguidamente, y tras realizar el juramento de silencio, hermanos de esta Cofradía portaron a hombros la imagen del Crucificado, cuyo caminar discurrió, entre la admiración y la devoción de numerosos toresanos y visitantes, por la plaza de Arbas, la calle San Antón, la plaza del Templo, Ronda Capuchinos y calle Capuchinos, hasta llegar a la plaza de la Trinidad, lugar en el que, de cara a la iglesia que lleva este mismo nombre, se dio lectura al manifiesto, en esta ocasión a cargo de Natividad de la Torre, quien había compuesto un poema en el que, dirigiéndose al Crucificado, hizo referencia a la procesión, con su silencio y los sonidos del bombardino y las matracas, "Es noche de Lunes Santo / y bajo esa luna plateada / ahora habla el bombardino / se silencian las carracas", y también recordó a las personas que sufren y a las que ya no están, "Para terminar te pido / por todos los que nos dejaron [...] Seguro que desde el cielo / ahora estarán mirando / y pedirán por nosotros / a este Cristo del Amparo". Además, también intervino el Coro Interparroquial de Toro, cuyos cantos acompañaron todo el recorrido. Finalizado este acto, la procesión continuó por las calles Tablarredonda y San Antón, regresando así al templo del que había partido.

La Real Cofradía del Cristo del Amparo procesiona la noche de Lunes Santo desde el año 1991, y una de sus características es que los hermanos no visten la habitual túnica con capuchón, sino que van ataviados con traje oscuro y la tradicional capa castellana sobre los hombros, aunque los cargadores del paso procesional no visten esta capa. Además, portan faroles de forja con los que van iluminando el recorrido, lo que se convierte también en un elemento distintivo de esta procesión. Por otro lado, durante todo el desfile por las diversas calles de la localidad toresana el silencio se convierte en parte esencial de la procesión, aunque roto en ocasiones por el triste sonido del bombardino y el golpetear de las matracas.

Por lo que respecta al Crucificado, la imagen del Cristo del Amparo es una impresionante talla que data del siglo XVI y que pertenece a la Escuela Renacentista. Está realizada en madera de nogal estucada y policromada, y, aunque se desconoce su autoría, hay quienes consideran que podría pertenecer a la Escuela de Juan de Juni o a la familia toresana de los Tomé. Esta imagen se encuentra en un retablo en la iglesia de la Trinidad, pero es trasladada al templo de Santa María de Arbas para iniciar su procesión desde esta iglesia.

Lamentos de bombardino acompañan al crucificado