viernes. 19.04.2024

La Hermandad de la Tercera Caída celebra con gran brillantez el 75 aniversario de su fundación.

La Hermandad de Jesús en su Tercera Caída ha celebrado hoy con toda brillantez el 75 aniversario de su fundación recorriendo las calles que conducen desde la iglesia de San Lázaro hasta la Plaza Mayor donde ha tenido lugar uno de los momentos más intensos del día como es el cántico de "La Muerte no es el Final" por el coro de la cofradía, acompañado de la Banda de Música de Zamora.

Abril ha querido que todo fuese perfecto para recordar a los cofrades que ya han emprendido su camino hacia la luz, hacia los que cayeron en la tierra para demostrarnos que la muerte no es el final.

A las ocho y media de la tarde las esquilas del Barandales y la Banda de Tambores y Clarines rompían el aire con sus sonidos y la procesión echaba a andar en dirección a la calle del Riego para celebrar sus 75 años de vida en recuerdo de quienes dejaron sus vidas en una lucha fratricida que partió a España por la mitad.

 

El genio de José Luis Coomonte ha dejado su poso en la hermandad: su colección de cruces, su cruz de yugos y su espectacular corona de arados abrían el desfile procesional, anunciando el paso de La Despedida, el magnífico grupo de Enrique Pérez Comendador que recoge la última caricia entre Cristo y su Madre. Rosas amarillas a sus pies, siempre.

Su rastro dejaba preparado el camino para el portentoso Jesús en su Tercera Caída de Quintín de Torre, el que hunde su rodilla en la tierra zamorana y eleva la mirada al cielo sobre los hombros de sus cargadores. Majestuoso, adornado con rosas rojas e iris nazarenos, su paso por las calles recordaba a los zamoranos el peso de la cruz de cada día, la dignidad de levantarse después de caer.

Cerraba el cortejo la Virgen de la Amargura, la única imagen que dejase el escultor Ramón Abrantes a la Semana Santa zamorana, anticipo del dolor de la Madre en los días de la Pasión.

 

Con paso solemne y medido, sin estridencias, subían los cargadores por el Riego con las marchas fúnebres de las bandas de Zamora, Nacor Blanco y La Lira, mientras las calles se convertían en un espectáculo de belleza con las túnicas de raso blanco al aire y miles de cirios encendidos que iluminaban el camino.

 

Ya en la Plaza Mayor, la plegaria se ha hecho toque de clarines y la oración cántico, cuando el coro de la hermandad ha interpretado "La Muerte no es el Final", el hermoso himno que entrelaza el dolor de la muerte con la esperanza de la vida eterna. Resonaron entonces las voces queridas de los que se han ido cantando junto a sus hermanos de coro. Y se hizo cierta bajo los soportales del viejo Ayuntamiento la promesa: La muerte no es el final.

Este año coincidiendo con el 75 aniversario de su fundación los ejércitos de Tierra, Aire y la Guardia Civil han escoltado los pasos de esta procesión.

Galería de imágenes y vídeos

Video de la salida de la Iglesia de San Lázaro

La Guardia Civil escolta la Despedida

 

Jesús Caído extiende su promesa más allá de la muerte