viernes. 29.03.2024

El periodista zamorano Antonio Casado ha sido el encargado de pronunciar el sexagésimo octavo pregón de la Semana Santa de Zamora que organiza la Casa de Zamora en Madrid. El acto, celebrado en el Centro Cultural Conde Duque de Madrid se ha cerrado con la entrega de los premios "Banzos de Oro 2018".

Abría el acto la presidenta de la Casa de Zamora, María Luz Uña, para ceder la palabra al también periodista zamorano Sergio Martín, director de Los Desayunos de TVE, quien ha ocupado ya la tribuna de pregonero y ha presentado al de este año, un veterano en las lides del periodismo.

Antonio Casado ha realizado en un abarrotado salón un recorrido por los espacios de la ciudad, por sus gentes y por los días santos desde un ejercicio de introspección. Así, ha hilado su agnosticismo con los valores de Jesús de Nazaret que han conformado - junto a los recuerdos de su Cristo de la infancia y primera juventud- su estructura moral.

En un pregón corto y condensado, el pregonero ha hecho referencia a su predilección por los Cristos vivos, plenos de doctrina de amor, solidaridad, faternidad, como el Jesús del Sermón de la Montaña, más que por los cristos dolientes. En este sentido, ha defendido más la resurrección y la entrada triunfal que el paso de los cristos muertos.

El periodista ha enmarcado en la sociedad de hoy de las urgencias y el postureo y se ha referido al Barandales como anunciador de la Semana Santa y de la primavera y de las vacaciones para finalizar hablando del dolor y el sufrimiento como parte del mensaje salvífico de la teología eclesial y de su asunción por los cofrades.

En su disertación, el pregonero ha estado únicamente acompañado en el escenario por los galardonados este año con los Premios Banzo: la saga de cargadores integrada por Virgilio Pedrero, su hijo Antonio y su nieto Antonio; el director de Cope Castilla y León, Luis Jaramillo Guerreira, y cadena de televisión La8Zamora, en la persona de su directora, Eva Crespo. 

GALERÍA (Fotos: Rafael Pedrero)

 

 

 

Antonio Casado defiende desde su agnosticismo un Cristo Vivo frente al Cristo doliente