viernes. 29.03.2024

La Cofradía de Jesús Nazareno salía a las cinco de la madrugada para subir por San Torcuato hacia las Tres Cruces donde ha tenido lugar la Reverencia a la Virgen de la Soledad, la gran devoción de Zamora.

La llamada del Merlú convocaba esta madrugada a vivos y muertos en la iglesia de San Juan. A las cinco de la madrugada, en el interior de la iglesia el popular "Cinco de Copas" era alzado mientras sonada la marcha de Thalberg y la banda de cornetas y tambores de la cofradía marcaba el inicio de la procesión mientras la Plaza Mayor y sus aledaños eran un hervidero de gentes y cofrades. Zamora ya vive la madrugada más mágica del año.

Las peores previsiones no se han cumplido y la lluvia ha dado una tregua a la Cofradía de Jesús Nazareno, la más popular y populosa de cuantas integran la Semana Santa de Zamora.

A las cuatro de la madrugada los cargadores de los grupos escultóricos se daban cita en el Museo de Semana Santa mientras el Merlú recorría las calles. Uno a uno, los pasos fueron abandonando el Museo para ser colocados en la calle Ramos Carrión, desde donde se han incorporado a la procesión.

Emoción, algarabía, sentimiento y también la profunda devoción de los zamoranos por la Virgen de la Soledad marcan esta mañana del Viernes Santo en la que seis mil cofrades acompañan a Jesús en su camino al Calvario. Un Calvario erigido en las Tres Cruces y cuyo camino ha discurrido este año por la calle de San Torcuato, recuperando así el tradicional recorrido de la procesión.

Miles de nazarenos con túnica de laval negra y cruz negra al hombro al alzado las cruces cuando la procesión se ponía en marcha. Poco a poco, tras el popular "Cinco de Copas" se han incorporado el resto de grupos e imágenes que parecían andar entre el gentío: La Caída de Ramón Álvarez; la portentosa Redención de Benlliure; Las Tres Marías y San Juan de Hipólito, con sus cachorros de pañuelo verde; el Nazareno de Pedrero, esa mano que acaricia el aire; la dulce Verónica de Ramón Álvarez, y las secuencias de ese camino al Calvario como son Cristo en su Desnudez, en la Crucifixión, en la Elevación y, finalmente, en su Agonía, con María y San Juan a los lados y la hermosa Magdalena de Juan Ruiz de Zumeta abrazada a la Cruz.

Cerraba la procesión la Virgen de la Soledad, la gran devoción, el gran amor de Zamora, sobre un vergel de flores blancas y nazarenas, rompiendo el tradicional exorno blanco de la Virgen, que en esta mañana viste el manto de terciopelo bordado en oro que mañana, Sábado Santo, será sustituido por su leve velo de viuda.

La procesión ha hecho su parada en las Tres Cruces, donde cofrades y cargadores han degustado las tradicionales sopas de ajo con sus familias y amigos, para después proceder a reverenciar a la Virgen de la Soledad, mientras el cielo ya mostraba las primeras luces del día y el frío calaba hasta los huesos en los cuerpos destemplados del amanecer.

Largas hileras de cofrades han acompañado a los pasos mientras la marcha de Thalberg ilustraba una nueva madrugada de Viernes Santo con el sonido del Merlú y el empalagoso rastro de las almendras garrapiñadas en las manos, cumpliendo así con una tradición ya documentada en el siglo XVII.

Es la madrugada más mágica, la más bonita. Es la madrugada de los cargadores, la de las sopas y las almendras, la de las aceitadas y el chupito de aguardiente; es la madrugada de Thalberg, la del rastro púrpura de la Verónica, la de la preciosa Soledad. La de la estampa antigua de los nazarenos de caperuz romo y túnica humilde, la de las cruces en alto, la de la elegancia en la Plaza Mayor y un echar los restos en la puerta del Museo, donde todo empieza y acaba.

Y Zamora, que lo sabe, no ha dormido para esperarla, para cumplir con su cita de siglos, con esa hora en la que vivos y muertos se abrazan, se reencuentran en la puerta de San Juan y hacen juntos la más bella procesión que existe en la tierra para quien esto escribe: la procesión de Jesús Nazareno de Zamora.

Galería de imágenes fotos y vídeos Marcos Vicente y Fco Colmenero Rojo

 

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EN SAN JUAN BAILE DEL CINCO DE COPAS

El Merlú convoca a vivos y muertos en San Juan