jueves. 25.04.2024

Luis Felipe Delgado realiza un recorrido por la Pasión salmantina sin olvidar a Zamora, su "ciudad del alma"

Numerosos zamoranos se han dado cita esta tarde en Salamanca en el pregón oficial de la Semana Santa de la vecina capital, a cargo de Luis Felipe Delgado de Castro, quien ha ejercido durante muchos años su actividad profesional en la ciudad salmantina. En un abarrotado Teatro Liceo, el pregonero emocionó a los presentes con su palabra y con su voz privilegiada. El acto ha sido un paseo por la Pasión salmantina, sin olvidar sus raíces en su "ciudad del alma", Zamora.

Comenzó el pregonero su intervención con una sentida oración empleando la métrica sencilla de seis décimas y una quintilla final, dirigida a la preciosa imagen de la Dolorosa de la Vera Cruz -cofradía a la que pertenece- que presidía el acto en el centro del escenario del Teatro Liceo en el que, además del Obispo de la diócesis salmantina y el alcalde de la ciudad y representantes de la vida política, social, militar y cultural de la ciudad. Además, en la sala –abarrotada de público- se veían numerosas caras conocidas, paisanos y amigos del pregonero, entre ellos el presidente de la Junta pro Semana Santa, Antonio Martín Alén y el presidente de la cofradía de Jesús del Vía Crucis, Pedro García, así como directivos de otras hermandades y cofradías zamoranas, los ex presidentes de la Junta Pro Semana Santa de Zamora, Eduardo Pedrero y Pedro Julián y amigos personales del pregonero.

Tras la oración y el obligado saludo protocolario, comenzó Luis Felipe su pregón haciendo una confesión, la ausencia de emociones y momentos de su infancia en la Semana Santa salmantina, aunque la fe recorriera los mismos caminos de la Redención en su lugar de origen, Zamora. Confesó haber aceptado este honor por " venir a daros las gracias, lo primero por lo mucho y bueno que me disteis en estos años, el amor, y después por el valor y afecto con que rodeasteis mi trabajo"Público asistente al pregón

Siempre con la palabra como compañera de su pregón y tras una remembranza de sus tiempos de la radio y el valor que tiene la palabra como herramienta de trabajo, invitó a los asistentes a recorrer los distintos cuadros de la Pasión salmantina, apoyados sobre tres sólidas bases: el escenario, la gloria de su monumentalidad; la categoría de muchas de sus imágenes y grupos escultóricos y el sentimiento religioso, quizá primitivo pero sincero, con que los salmantinos saben vivir estos días santos en las calles.

Así, paso a paso, día a día, Luis Felipe invitó a los oyentes a seguirle con su palabra por algunos lugares de la ciudad llenos de belleza y encanto, por calles como La Compañía, Libreros o Palominos. Hizo, además, un hermoso canto a la Plaza Mayor al pasar Jesús a lomos de la Borriquilla en el mediodía del domingo de Ramos y se detuvo para admirar con su palabra las fachadas de la Catedral Nueva, antes de la salida de algunas procesiones.

También tuvo un emotivo recuerdo a su paisano, el escultor zamorano Hipólito Pérez Calvo, autor de "María, Nuestra Madre", cuando cruza en la noche del Jueves Santo el puente romano, y lo hizo con estas palabras: "Un beso al cielo por ti, Hipólito, imaginero del Valle de Vidriales, escultor hecho y derecho en la verdad académica de Salamanca".Un momento del acto

Asimismo dedicó unas palabras de recuerdo y homenaje a dos zamoranos que le precedieron en el honor de pregonar esa Semana Santa, como fueron, en 1976, el médico Jesús Huerta Alonso y en 1991, el Padre Francisco Rodríguez Pascual, recogiendo de sus pregones algunas de las palabras de ambos.

En el tramo final de su pregón reivindicó una iglesia o una capilla para la veneración pública de "Jesús Yacente" de Venancio Blanco, espléndida escultura de un Cristo que está a punto de resucitar y que como señaló, tiene que estar en Salamanca. Según lo describió el pregonero "Es un Cristo que se yergue del sueño del Más Allá. Sus brazos buscan la luz mientras los infiernos a los que descendió según el Credo, tiran todavía de Él".

Luis Felipe Delgado aprovechó su pregón para lamentar la ausencia, entre las esculturas de la Pasión salmantina, de alguna obra de Fernando Mayoral, vecino de esta ciudad durante tantos años, y que inexplicablemente aún no tiene imagen o grupo alguno en esta Semana Santa, aun que su obra sí está presente en Zamora en dos grupos escultóricos como son la Santa Cena y La Conversión del Centurión, que desfilan el Jueves y Viernes Santo.

Finalizó el pregonero su peregrinaje de la Palabra, recordando brevemente otros singulares trazos festivos que se extienden por la ciudad a lo largo del año. Y culminó su pregón con unas sentidas palabras, una confesión de amor a Salamanca sin dejar por ello de amar a su tierra, diciendo textualmente: "En días como éste, siento que por esos misterios insondables del amor, mis raíces, sin dejar de crecer y arraigarse aún más en mi ciudad del alma, se extienden y se afirman también cada vez más en esta tierra hermana".

El acto terminó con la actuación musical del quinteto de cuerda Diapente, que dirige el músico zamorano Pedro Hernández Garriga, que interpretó las marchas procesionales "Nuestra Madre" y "Mater Mea", culminando un precioso y emotivo pregón salmantino con fuerte identidad zamorana, dos tierras hermanas unidas por una misma Pasión.

Identidad zamorana en el pregón oficial de la Semana Santa de Salamanca