martes. 23.04.2024
Procesión del Santo Entierro. Fotos: Iván González y Óscar Antón.

Las principales autoridades militares, civiles y eclesiástias participan en la Real Cofradía del Santo Entierro

La ciudad ha rendido hoy los máximos honores al paso de Cristo Muerto en el cortejo oficial del Santo Entierro. La Real Cofradía ha tapizado de terciopelo negro las calles para acompañar a Cristo hasta la tierra, descendido de la Cruz y de los brazos de la Madre, para que en dos días pueda ser cierto el milagro de la resurrección y de la vida. La procesión ha sido retransmitida por TVE en La2 y en su canal 24 horas.

A las cuatro de la tarde estaban los hermanos convocados en el Museo de Semana Santa. Un revoltillo de gente, cofrades y hermanos de paso iban formando la procesión, la del luto y la elegancia. A esa misma hora tenía lugar en la iglesia de San Esteban el Descendimiento de Cristo, con la intervención del Coro San Alfonso y la presencia de las primeras autoridades eclasiásticas, civiles y militares.

Así, mientras los grupos escultóricos subían ya en procesión desde el Museo hasta San Torcuato, el cortejo oficial se iniciaba en San Esteban, para incorporar al desfile a la Urna, paso titular de la Real Cofradía, y a la Virgen de los Clavos, última obra del imaginero Ramón Álvarez y única imagen de la Semana Santa que desfila bajo palio.Procesión del Santo Entierro.

Abría el cortejo la Magdalena acompañada de la Banda de la Infantería de Marina, que un año más dejaba la impronta de su impresionante calidad por las calles zamoranas. Música imprescindible para los días de la Pasión, como la música que nace del esfuerzo de las bandas zamoranas como la Banda de Música de Zamora y Nacor Blanco, que también se convierten en penitentes tras los pasos alentando a los cargadores con su esfuerzo.

Escenas como La Conversión del Centurión, la Lanzada, el Descendimiento, el Descendido, la Piedad, la Conducción al Sepulcro, el retorno del sepulcro o San Juan y la Virgen ilustraban la iconografía de la Pasión y Muerte del Señor, que esta tarde pasaba ya Muerto en una urna, horizontal, sin estridencias, a hombros de sus cargadores, mientras la Virgen de los Clavos lo seguía de cerca, elegante , contenida y majestuosa por las calles estrechas que conducen a la Catedral.Procesión del Santo Entierro.

El calor duplicaba el esfuerzo de los cargadores, mecidos por los acordes fúnebres de las bandas. Así, la procesión llegó hasta la el templo mayor, donde todos los pasos fueron depositados en el atrio a excepción de la urna y de la Virgen de los Clavos, que acceden al interior del templo mayor, donde es encendida la candelería de la Virgencita.

Hombres y mujeres acompañaron en el anonimato del caperuz a Cristo Muerto por las calles hasta el sepulcro, lo dejaron en la tierra y Zamora honró un año más al Hijo de Dios vencido por la muerte. Almirantes, generales del ejército, escoltas de Aviación, reservistas, bomberos, Guardia Civil, Protección Civil, Policía Municipal, Policía Nacional y la Armada (Marina) acompañaron los distintos grupos escultóricos, así como el pleno de la Junta pro Semana Santa con representaciones de todas las cofradías y las principales autoridades civiles, militares y eclesiásticas de la provincia.

El Coro de San Alfonso dejaba en el aire el eco de sus voces para aliviar la tarde. Una tarde en la que la Real Cofradía del Santo Entierro ha brillado con todo su esplendor bajo un cielo limpio y una temperatura de plena primavera, ya en el epílogo de la Pasión zamorana, como viene siendo cada Viernes Santo desde 1593 y como lo transmiten los zamoranos a sus hijos, que desde niños aseguran el futuro.

Máximos honores ante Cristo Muerto