Dotaciones aéreas y terrestres de Castilla y León, Andalucía y Portugal se incorporaron ayer al dispositivo de la lucha contra las llamas, que han arrasado unas 6.000 hectáreas.
Dos cuadrillas de tierra, dos agente de Medio Ambiente, un camión autobomba y un técnico de Zamora participan en la lucha contra el fuego en el incendio de la Sierra de Gata, en el norte de Extremadura, que ha movilizado a 549 efectivos y numerosos medios aéreos y terrestres procedentes de la Unidad Militar de Emergencia (UME), de las administraciones autonómicas de Castilla y León y de Andalucía, así como de Portugal.
El Plan Territorial de Protección Civil de Extremadura decidió aumentar el número de dotaciones que trabajan para sofocar el fuego, según informaba ayer el Gobierno regional extremeño en un comunicado. Así, a las labores de extinción se han sumado una nueva sección de la Unidad Militar de Emergencia (UME), mientras otra se encuentra en previsión de viajar a la zona, además de incorporarse tres efectivos terrestres y aéreos de la de la de Junta de Castilla y León y otros tantos de la Junta de Andalucía. Al lugar del incendio también se han desplazado medios de Protección Civil procedentes de la localidad portuguesa de Castelo-Branco, limítrofe con Extremadura, en un impresionante despliegue que da idea de la magnitud de la tragedia natural.
El fuego, que sigue calificado de Nivel 2, ha sido estabilizado durante esta madrugada y algunos de los vecinos evacuados han podido retornar a sus casas, en concreto los habitantes de Acebo y Perales del Puerto (unas 1.500 personas), que fueron los primeros en ser evacuados y que han pasado dos noches en Moraleja alojados en albergues habiliitados por Cruz Roja, donde han recibido la solidaridad de los habitantes de la zona y de profesionales de la organización humanitaria, entre ellas una trabajadora social y una psicóloga zamorana pertenecientes al equipo ERIE de apoyo psicosocial.
Otros mil vecinos de Hoyos permanecen evacuados sin que las condiciones de seguridad permitan por el momento el regreso a sus hogares.
Según el último balance hecho público por la Administración extremeña, las cerca de 6.000 hectáreas calcinadas superan ampliamente las 3.982 hectáreas que ardieron durante toda la campaña de 2014 en Extremadura e igualan la cifra de la campaña de 2013 en el peor desastre natural del verano en la vecina Comunidad.
