Acompañados por el burro Bolinche y los Dulzaineros de la Calle Real, los cofrades han repartido roscas de pan por las calles de Zamora, manteniendo una tradición que comenzó hace 55 años.
Acompañados por el burro Bolinche, con su peculiar atuendo de antiguos tratantes de ganado, su imbatible sentido del humor y la alegría de la música de los Dulzaineros de la Calle Real de Soria, los miembros de la 'Cofradía del Cencerro' han honrado a su patrono, San Antón, repartiendo roscas de pan por toda la ciudad.
A las siete y media de la tarde estaban citados los 'cofrades' en el local de la Peña, en la Plaza de Alemania, donde han prestado 'juramento' a cuatro nuevos hermanos burros que ingresan este año en la cofradía. Diego Hernández Escudero (nieto del entrañable Kiko, uno de los pioneros en la celebración); Ismael Oliva Hernández, Luis Bueno de Paula y Hugo Díez Molina pasaban por el rito de ingreso y recibían del Burro Mayor, Ángel Centeno, el permiso para entrar en la cofradía como hermanos burros de pleno derecho.
Jubón de tratantes, boina negra y pañuelo blanco, además de la rosca de pan como 'medalla' son los símbolos de identidad de esta peculiar cofradía que cuida a cuerpo de rey durante todo el año a su burro (primero fue la burra Paquera) para qhe hoy les acompañe por las calles llevando las roscas de pan y haciendo las delicias de los niños que se acercan a acariciarlo o a sentarse unos minutos en sus lomos.
Numerosos zamoranos se unen a la Peña del Cencerro en su discurrir por las calles, tradición que inciaron hace 55 años y que se ha convertido ya en todo un símbolo en la ciudad en el día de San Antonio Abad.
Tras su habitual itinerario por los bares que discurren hasta la Plaza Mayor y Herreros, los cofrades finalizarán la noche con una sanantonada mientras Boliche disfruta de paja fresca para reponerse de las emociones de la tarde.
Fotos: Marcos Vicente
