viernes. 19.04.2024

Pies de mujer

Estos pies de la foto, teñidos de arena y polvo y con sus dedos agrietados como si fuesen madera, pertenecen a los de una mujer Masái. Parecen los pies carcomidos de un Crucificado recién descendido de la cruz, pies que besamos cuando se acerca la Pasión, pies que guardan entre sus dedos secretos de siglos. Sobre estos pies, que habrán recorrido desnudos tantos caminos, se asienta la dignidad de todas las mujeres.

No necesito ocho de marzos, ni lazos en la solapa, ni consignas, ni fechas en rojo en el calendario, ni pancartas. Estos pies, asentados sobre la tierra yerma, hundidos en la miseria, son como los pies del Nazareno en las estaciones del dolor. Pies negros del África negra que no camina, que no avanza, que clava sus pies en su historia y sus costumbres.

Estos pies son los pilares de la civilización. Aquí, sobre esas uñas desgastadas, sin pedicuras ni esmaltes, y ese empeine desnudo; aquí, en esos dedos reventados de pobreza y trabajo, de silencio y sumisión; aquí, en esos pies de barro, comienza la historia de todas las mujeres del mundo.

Que nunca se nos olvide que nosotras, blancas, europeas, calzadas, políticamente correctas, hundimos nuestras raíces en la tierra que pisan estos pies negros, estos pies de mujer Masái que pervive a través de los siglos fuerte como un roble, transmisora de vida.

Estos pies anclados en la historia necesitan caminar. Necesitan abrirse paso a un mundo más justo, más igualitario. Estos pies con signo femenino tienen alma. Estos pies tienen nombre. Estos pies tienen derechos, tienen libertades. Estos pies tienen voz. Son pies de mujer.

Que no se nos olvide que estos pies un día fueron nuestros propios pies, los de la vieja Europa, la que cree caminar libre de prejuicios. Que no se nos olvide que hay miles, millones de pies de mujeres en el mundo con muchos pasos que dar por los caminos que conducen al futuro, a la igualdad, a la vida.

 

*(La exposición La Mujer Masái puede verse en La Alhóndiga)

 

Pies de mujer
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