Faltan apenas unos minutos para que los hermanos de paso de La Cruz alcen en paso y atraviese las puertas del Museo. Para que un puñado de hombres erija una cruz en vertical sobre la tierra zamorana, sobre sus hombros, en esta tierra de cruces y de surcos, esta travesía por la vida que se escribe en la madera de una simple cruz. Una cruz que este año pesa el doble porque sus brazos son un abrazo desde la frontera de la vida, un crespón negro en la delantera del paso, adelante a la izquierda. Salimos de izquierda.
Hoy es el día de la Cruz. La Cruz que en septiembre alargó sus brazos para sostener a uno de los suyos y darle fuerza en sus momentos más duros, en el vía crucis de carnes adentro de la enfermedad y el dolor, en la solidaridad de los hermanos de paso que son hermanos más allá de un pantalón, calcetín y calzado negro. Que son hermanos porque sus hombros son la tierra fecunda donde germina la vida y la esperanza. Que son hermanos en la emoción de cada paso, en el padrenuestro por los que se han ido, en ese lazo negro que es una forma de decir "Vienes con nosotros". Esa Cruz que hoy sale a las calles abrazando al mundo y a todos los que lloran.Tu Cruz siempre.
Hoy es el día de la Cruz, la tarde de la Cruz. La Cruz del Nazareno, que también este año es más pesada, más dura, más maciza, porque es la cruz que nos cobija a cada hermano, a cada zamorano, a todos los que necesitamos una sombra amorosa, los brazos abiertos, el descanso, la paz.
Es la noche de la Cruz. La Cruz de los mayordomos del Yacente, que dibujará surcos sobre los empedrados de Zamora desde el silencio y la penitencia, el orgullo de la veteranía, cireneos del Cristo Muerto cuando la tierra se abre en Viriato y surge de sus entrañas el cántico del Miserere como un lamento, como un cataclismo.
Hoy es el día de las cruces y de Getsemaní por la Rúa, del gentío en las calles. Hoy es el Jueves de las tres cruces. Tres cruces en el Día de la Cruz. Tres cruces que no son las de la Avenida del humilladero y las sopas de ajo. Las tres cruces que trazan esta Semana Santa antes de la madrugada, antes de que salga de nuevo el sol sobre nuestras cabezas, calvario invisible que se alza en el monte de nuestros corazones, de todo lo que amamos.
Buena carrera, hermanos. Hacednos un hueco. Cargamos la cruz con vosotros.
Salimos de izquierda.
(A los hermanos de paso de La Cruz, que este año pesa más. Para José Luis Ramos, cirineo de su Nazareno de Jueves, que con tanto amor y orgullo lleva sobre sus hombros. Para Fernando Lozano, que esta noche cumple mayordomía y promesa abrazado a la cruz junto a su Jesús Yacente. Vosotros sóis las tres cruces, mis tres cruces vivas de este Jueves tan santo).