miércoles. 24.04.2024

En Cocinando Calidad, allí empezó todo

Conocer a los dos ganadores del concurso de las III Jornadas gastronómicas del Lechazo no es casualidad. La amistad fraguada tras el concurso Cocinando Calidad que se inició hace ya tres años en la Escuela de Cocina del CIFP "Ciudad de Zamora" me da toda la razón para poder escribir sobre estos dos verdaderos cocineros que con alma, corazón y vida como hoy parafraseaba el periodista Manuel HH en la entrega de premios de las III Jornadas del Lechazo, ellos Jonathan y Álvaro se dedican a dar lo mejor de sus creaciones a los demás en sus respectivas cocinas.

Aquí no hay casualidad, hay una gran parte de profesionalidad adquirida con el esfuerzo y el sacrificio en el estudio y mucho de corazón y ganas de llevar más allá la cocina y lo nuestro, lo de Zamora.

Ambos dos, uno en la cocina libre y el otro en la tradicional han demostrado que son unos auténticos baluartes tras los fogones de sus respectivas cocinas. Aún hoy recuerdo aquellas maratonianas jornadas en las que preparaban sus menús y sus platos junto con sus equipos en Cocinando Calidad y que ponían patas arriba los paladares de todos los que formamos parte de un jurado tanto popular como técnico del que tuve el honor de ser partícipe. (Mis kilos me costó).

Y en este caso la casualidad no existe, dos amigos COCINEROS con mayúsculas han ganado un concurso culinario que se consolida como ellos mismos en sus trabajos, en sus ganas de sacar Zamora adelante con sus productos y sus elaboraciones más o menos tradicionales, más o menos novedosas.

En la sencillez y en su trato amable y ameno de barrio, de pueblo, está la excelencia de sus cocinas, tras muchos esfuerzos, tras muchas horas de probaturas y ajustes en los escandallos, tras mucho aprender y equivocarse, estos dos amigos siguen encontrando razones para quedarse y apostar por lo nuestro, gracias a la Diputación en este caso, pero también gracias al tesón y a la profesionalidad, hoy, tanto Jonathan como Álvaro, o Álvaro como Jonathan, han demostrado que el esfuerzo y el tesón siempre tiene su recompensa.

Ser profeta en la tierra es difícil, pero hay veces que se consigue, y un huevo frito, unas sopas de ajo, un asado, un cocido, o una esferificación de migas de pastor con cualquier tinto de Toro o un vino de los nuestros, son un placer que compartir con cualquiera de estos dos autènticas personas. Gracias por demostrar y gracias por compartir vuestras creaciones y sobre todo gracias por creer que aquí también se puede salir adelante y sentirse realizado haciendo lo que a uno más le gusta, que cunda el ejemplo.

En Cocinando Calidad, allí empezó todo
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