sábado. 20.04.2024

GREIM, Ángeles de la Guarda vestidos de verde

Nada podía hacerse ya por Fernando, Dani y Rubén. Solo devolvérselos a sus familias y a esta tierra donde nacieron y que ya les espera, después de que sus espíritus quedasen libres en la montaña, allá donde quienes tanto la aman se sienten más cerca del cielo, más cerca de Dios.

Nada podía hacerse ya por sus jóvenes vidas, pero los efectivos del Grupo de Rescate e Intervención de Montaña de la Guardia Civil se pusieron en camino a pesar del viento, de la niebla, de la nieve y de las bajas temperaturas, para acceder a la zona donde los tres montañeros zamoranos perdieron la vida.

Hoy se extiende por Zamora un inmenso sentimiento de duelo y también de gratitud hacia esos hombres y mujeres que arriesgan su vida para salvar otras vidas o, como es el caso, para devolver a unas familias destrozadas los cuerpos de sus hijos, de sus hermanos, de los que aman.

Hay en la ciudad un sentimiento colectivo de pérdida; la tragedia ha golpeado el corazón de todos, quienes les conocían y quienes se solidarizan con el dolor de tres familias que hoy son cientos de familias, que somos todos. Hace apenas unos días veíamos a un Cristo descendido de la Cruz en los brazos amorosos de la Madre por las calles de la ciudad, y ahora acompañamos a unas madres de carne y hueso que guardan en su pecho el último abrazo. Cuánto dolor.

Devolverlos a sus madres, a sus padres, a sus hermanos, devolverlos a sus compañeros, a quienes compartieron escaladas y riesgos, pasión, sonrisa y todas esas cosas que los mantendrán eternamente vivos. Rescatarlos arriesgando la propia vida para servir a los demás. Para proteger, para consolar. Ellos también tienen padres, madres e hijos, y no dudan en acudir, incluso cuando nada puede hacerse por las vidas de los demás.

Esa es la hoja de ruta cotidiana de este grupo de intervención de la Guardia Civil que ha hecho posible que nuestros tres montañeros puedan regresar a casa en uno de los días más tristes que se recuerdan en la vida de esta ciudad pequeña, sacudida desde el martes por un profundo dolor que la ha mantenido alerta a los movimientos en la montaña, a las noticias que llegaban desde los Picos de Europa, a los pasos del equipo de rescate de Potes que esta mañana evacuaba sus cuerpos y se los devolvía a las familias.

Fernando, Daniel y Rubén perdieron la vida unidos por una cuerda y también por el amor a la montaña. Entre este dolor, hay un cántico a la solidaridad, a la humanidad, a la generosidad que encarnan los agentes que hoy rescataban sus cuerpos.

Desde la gratitud, la emoción, la admiración y el respeto, mi reconocimiento a la inmensa, impagable labor de los hombres y mujeres del GREIM, a todos los agentes de la Guardia Civil, Ángeles de la Guardia vestidos de verde en la tierra y en la montaña, tan cerca del cielo. Gracias.

GREIM, Ángeles de la Guarda vestidos de verde
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