martes. 16.04.2024

El túnel

El túnel

La realidad es tan confusa, que hay que agarrarse a metáforas para tratar de explicarla.

Lo cual es muy bueno si hablamos de poetas o literatos. Están acostumbrados al uso de las metáforas, que son ingenios verbales bastante traicioneros si no los dominas. Diferencian metáfora, alegoría, parábola, símil, retruécano... En tiempos confusos, pues, no es mala idea dejarse guiar por poetas y escritores, siempre que se sepan diferenciar de los mucho más abundantes poetastros y juntaletras.

Bien. ¿Cuál es el problema? El problema es que quienes pretenden cada día explicarnos la confusa realidad son políticos. Y que, faltos de complejos como nacen, no dudan en utilizar metáforas, como si de verdad supieran ni por dónde se cogen. Ni que decir tiene que se enredan y enredan, de modo que acaban confundiendo aún más las confusiones que explican.

Y de ahí estupideces metafóricas, como la de los "brotes verdes" que nunca reverdecieron ni brotaron; o la más actual, del dichoso "túnel" que llevamos años y años atravesando, sin que se vea jamás la luz que nos anuncian cada dos por tres.
No recuerdo qué ilustre español soltó aquello de que si un día los de este país dejáramos de hablar de lo que no sabemos, sobrevendría un silencio nacional como nunca se viera. Le faltó añadir que si los políticos españoles hablaran solo de lo que entienden, los tomaríamos por mudos. De nacimiento.

La realidad, por lo demás, está ahí fuera. Y nos basta con verla. Miente a otros, Montoro; si es que se dejan.

El túnel
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