El Teatro Principal acoge una muestra sobre sus 407 años de historia con motivo del XXV aniversario de su reinauguración
Más de cuatro siglos lo contemplan como lugar de encuentro de las artes escénicas. Con 407 años de historia entre sus muros, el Teatro Principal se inaugura en 1606 sobre las ruinas del Convento de Santa Paula, después de que una comisión que presidía el Conde de Alba y Aliste encargase su construcción a Francisco Vázquez de Miranda.
Su construcción sería la habitual en los corrales de comedias, con corredores en la planta baja y palcos y galerías en los dos pisos superiores sostenidos por pies de álamo. En las galerías superiores se dispondrían los aposento de ocho pies de largo y seis de ancho y frente al escenario se reservaría el palco del Ayuntamiento, de mayor amplitud y madera más finamente tratada, al estar destinado al Corregidor, los Regidores y el Secretario de la Corporación, exentos de pagar entrada, pero sin poder llevar con ellos a parientes ni criados bajo multa de cincuenta ducados. Por encima del palco de Ayuntamiento se haría la cazuela para las mujeres que no alquilasen aposentos y sin que pudieran estar juntos hombres y mujeres.
Estas y otras curiosidades son las que podrá descubrir el público zamorano que acuda al Teatro Principal, en cuyo vestíbulo ha quedado instalada una muestra que recoge en paneles con imágenes y textos los cuatro siglos de vida del inmueble, con motivo de los actos del XXV aniversario de su reapertura.
Desde sus orígenes hasta la profunda restauración que le devolvió a la ciudad en el año de 1988 el que siempre fue su teatro, en los paneles de la exposición los visitantes más mayores podrán recordar su aspecto antes de la reforma, cuando además de funciones teatrales también se proyectaban con asiduidad películas de cine, funcionando como una sala más.
Un poco de historia
Ya desde sus inicios el teatro dependía del control del Concejo, si bien en aquella época lo corriente era que los corrales de comedias castellanos estuviesen adscritos a algún hospital. Su segundo propietario fue el Escribano don Antonio Salamanca. Por la documentación que se conserva, en 1648 aparece como dueño don Francisco Rodríguez, que cede sus derechos a don Alonso Palomino de los Ríos.
Tras pasar por varios dueños, termina por herencia y matrimonio en manos del tercer Vizconde de Garcigrande en 1794. En este siglo se realizan dos grandes intervenciones, una en 1780 y otra en 1789, que puede considerarse una reconstrucción.
Siglos XIX y XX
Suspendidas las representaciones durante la ocupación francesa, el teatro vuelve a abrir sus puertas con motivo del cumpleaños de Fernando VII, el 14 de octubre de 1814. Tras una época de gran prosperidad teatral en el primer cuarto del siglo XIX, en el año 1828 se prohíben las representaciones por el mal estado del edificio.
Así pasaron doce años, hasta que en 1850 se realiza una restauración total con importantes reformas que incluían tres órdenes de palcos -los bajos (o plateas), principales y segundos- por cuenta de su propietario, el señor Colmeiro, quien lo reinaugura en 1876.
Como fecha histórica destaca el 11 de septiembre de 1897, cuando el Principal acoge la primera sesión de cine que tuvo lugar en Zamora.
Ya en el siglo XX el inmueble sufre nuevas reformas en 1923 y a finales de los años 60, siendo sus últimos dueños particulares Vicente Tomé, al que sucedieron como propietarios y como empresa Alejandro San Vicente y sus hijos.
Teatro municipal
Así, después de casi 400 años, el antiguo Corral de Comedias vuelve a su primer propietario y el 30 de diciembre de 1983 el Ayuntamiento de Zamora adopta un acuerdo de compra del teatro.
Las obras de remodelación fueron encargadas al arquitecto Francisco Somoza y una vez concluidas el Teatro Principal se reinaugura el 25 de noviembre de 1988 con un concierto del guitarrista Narciso Yepes, presidido por Su Majestad la Reina Doña Sofía.
Un cuarto de siglo ha pasado desde entonces. Las mejores compañías y los principales artistas han pisado sus tablas. Más de un millón de espectadores han pasado por sus butacas. Pero eso ya es otra historia dentro de la dilatada historia del Teatro Principal, aquel Corral de Comedias donde aún late el pulso de las artes escénicas en Zamora.