jueves. 25.04.2024

El mítico cantautor Paco Ibáñez ha ofrecido esta noche un concierto en una abarrotada Plaza de la Catedral y bajo un cielo que por momentos amenazaba con romperse. Pero fue la voz rota e inconfundible la Paco Ibáñez la que se abrió paso junto a las viejas piedras; la voz de la libertad cantando en una plaza de murallas abiertas y el recuerdo de un tiempo en que el cántico y la poesía fueron amordazados.

No era la sala Olympia ni el mayo francés y en la misma España que un día quiso apagar su voz hoy soplan otros vientos y por el aire de Zamora resonaban esta noche sus canciones, las que se convirtieron en símbolo de una España sin censura, en la música de la poesía eterna de Neruda, Alberti, Cernuda, León Felipe o Miguel Hernández, que en la voz de Paco Ibáñez eran un himno por la juventud, por la vida, por la lucha, por la libertad.

Una voz que puso a los jóvenes a galopar, que susurró las más bellas palabras para Julia, que nos contó que la poesía es un arma cargada de futuro, que es amarga la palabra, que somos como tú, piedra pequeña, o que siempre nos quedará la palabra.

Sencillo, con solo su guitarra, en pie, inició su concierto en la Zamora de la República, a la que le dedicó su actuación, una Zamora en la que Paco Ibañez quiere que se siembre el poso de la nueva república española, coherente con lo que ha sido toda una vida en la lucha por lo que cree y defiende. Un poema de Luis Cernuda fue su primer tema y después ya todo fue cántico. Un cántico a la vida, al valor del hombre, al amor, a la dignidad, que corearon todos los presentes corazones en alto, puños en alto, emoción y memoria.

Hoy su palabra y su música han sido el más bello cántico a la libertad que jamás resonó contra las piedras de la Catedral. 

catedral_4.jpgcatedral5.jpgcatedral_3.jpgcatedral2.jpg

Paco Ibáñez, la voz de la libertad junto a las piedras de la Catedral