jueves. 18.04.2024
Mbowe se prepara para lanzar un tiro libre | Foto Zamora News

Nueva derrota para un Virgen de la Concha que a cada jornada tiene más pinta de equipo de regional. Los locales sumaron una nueva derrota en casa ante el Porriño (73-86), una formación que está realizando una gran campaña, pero que tampoco exhibió un juego excelso como para pasearse de la manera que lo hizo en el Ángel Nieto. La formación aurinegra tiene en el pívot gambiano Mbowe una joya, pero un solo jugador no puede sostener a todo un equipo durante los 40 minutos.

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El Virgen de la Concha Caja Rural comenzó con buen pie una de las muchas finales que le depara esta segunda vuelta de la Liga EBA, grupo A-B, para intentar salvar la categoría. La formación aurinegra ha ganado presencia en la pintura con la llegada de Mbowe, un apartado en el que tenían que mejorar sí o sí para intentar mantenerse un año más en competición EBA.

 

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Los primeros diez minutos del encuentro estuvieron protagonizados por el juego interior de los de Nacho Domínguez. El Caja Rural conseguía fluir con naturalidad en ataque, metiendo muchos balones al poste bajo, donde los pívots aurinegros eran ostensiblemente más superiores a sus rivales gallegos. La autosuficiencia en la pintura, sumada a un desacierto notable de los del Porriño de cara a canasta, les permitió a los locales finalizar el primer periodo 23-16.

Durante el segundo cuarto la formación visitante supo contrarrestar el buen inicio zamorano y respondió contundentemente con 24 puntos en los siguientes 10 minutos. Los hombres de Nacho Domínguez se vieron especialmente superados en los emparejamientos defensivos. Las malas transiciones defensivas redundaron negativamente en el ataque, que empezó a flojear y se quedó en tan solo 17 puntos en este segundo periodo. Ambos conjuntos enfilaron los vestuarios con el marcador empatado a 40 puntos.

En la reanudación del encuentro la tendencia gallega siguió en alza, especialmente de la mao de Domínguez y Caballero, con 16 y 11 puntos respectivamente al finalizar el tercer cuarto. Mientras, el Virgen de la Concha seguía colgado de la potencia física de su pívot Mbowe, que lideraba el marcador de anotación local con 15 puntos. Bergis y Pujadas le seguían con 9 y 8 puntos respectivamente. Poco a poco, la afición aurinegra empezó a desilusionarse según su formación empezaba a distanciarse en el marcador. 55-61 Cuando el tercer cuarto tocaba a su fin.

Este equipo tiene muchas carencias, pero una de las más graves es la incapacidad de engancharse al encuentro cuando el equipo rival consigue poner tierra de por medio. Con el inicio de los últimos diez minutos, el Porriño mantenía su dulce estado –especialmente desde la línea de tres–, mientras que los zamoranos iban en un barco que no paraba de hacer agua por todos los lados.

A falta de seis minutos para el final, la formación pontevedresa mandaba en el marcador por 18 puntos de ventaja (57-75). Solo Mbowe, dominador inmisericorde durante los minutos que estuvo sobre la cancha, parecía seguir en el partido por parte de los locales.

Los últimos instantes del encuentro carecieron de interés alguno. El Caja Rural ya había arrojado la toalla desde el inicio del último cuarto, mientras que el Porriño sentía que ya había cumplido con su cometido. Todo esto sirvió para que los zamoranos maquillaran el marcador, pero en ningún momento estuvieron cerca de ganar un partido que finalizó 73-86.

El Virgen de la Concha se desinfla ante un Porriño que hizo lo justo para ganar