viernes. 19.04.2024
Peli se eleva por encima de su defensor.

El MMT Seguros permitió al Sinfín una renta de siete goles que supo igualar con un final espectacular de los de García Valiente que no pudieron culminar la faena cuando restaba lo más fácil.

El Manuel Camba volvió a ser profanado por el Balonmano Sinfín, un equipo que ya consiguió vencer a los zamoranos en copa, pero que en esta ocasión tuvo que sudar mucho más para poder llevarse la victoria del feudo zamorano. A este Balonmano Zamora no hay que darlo por muerto hasta que no llega el bocinazo final, porque se levanta de cada golpe, incluso de golpes que parecen certeros y que dejan a los pistacho en la lona.

No fue la mejor primera parte de los de Eduardo García Valiente, todavía con el recuerdo de Ernesto, el portero visitante, en la memoria, quisieron afinar su puntería y acabaron cometiendo demasiados errores en ataque, que le condenaban a tener que remar contracorriente. De un inicial 6-4 se pasó a un 7-13 que obligó al técnico local a pedir tiempo muerto para evitar la sangría. Mejoraron los zamoranos, que cambiaron de portero, aunque no fue el mejor día de Posado ni de Miranda, y consiguieron llegar a ir a tres goles y posesión, aunque finalmente acabaron a cinco en el tiempo de asueto.

En la segunda mitad, dos decisiones arbitrales muy protestadas por los zamoranos, volvieron a descentrar a los Viriatos y la renta se volvió a ir a los siete goles cuando el partido entraba en los minutos finales. Y entonces apareció el Balonmano Zamora con su mejor versión, esa versión excelsa, superlativa, casi impropia de un equipo que acaba de ascender, esa versión ya habitual en muchos partidos y no por ello, extraña por la calidad que atesoran esos minutos. Mejoró la defensa, aguerrida, pujante, desafiante, mejoró Miranda, que volvió a parecerse al que era antes de la lesión, especialmente con esos balones largos milimétricos que son medio gol, apareció la velocidad de Camino, los contrataques explosivos de los zamoranos. Apareció la versión oro del MMT Seguros.

Y la renta de siete goles bajó rápidamente a tres y un gol fantasma que el público celebró, no acabó de subir al marcador, lo que cortó la racha de los zamoranos durante unos instantes. Pero volvió a aparecer esa velocidad de balón que hace imposible defender a la primera línea pistacho cuando ametralla tras haber gastado a los defensores. El MMT Seguros rozaba la machada cuando los rivales se quedaban con dos jugadores menos y cuatro minutos por jugarse. Jortos marcó y dejó a su equipo a un gol 29-30, y doble superioridad. La defensa fue impoluta, sin permitir ventajas, sin dejar un tiro claro. Miranda atrapó todos los balones que quedaban sueltos, e incluso logró lanzar un contrataque. Pero el gol no llegó, las ocasiones se fallaron una tras otra sin conseguir culminar la remontada.

Y el Manuel Camba, que volvió a apretar hasta la extenuación, que hizo creer al equipo, igual que el equipo hizo creer al Camba, se quedaron con la miel en los labios, pero con la seguridad de que este equipo se levantará y golpeará, otra vez en casa, la próxima semana.

El Balonmano Zamora llega tarde al partido