Saulo Hernández, entrenador del CB Zamora, se mostraba exhausto al igual que sus jugadores al final del encuentro ante el Juaristi, que necesitó de tres prórrogas para decidirse y que cayó del lado de los azulones para delirio y disfrute de los aficionados del Ángel Nieto. “En los últimos instantes de partido me he tenido que sentar porque estaba agotado, imaginaos cómo debían estar los jugadores tras 55 minutos de partido”, comentó entre entusiasmado y anonadado el técnico zamorano.
Un choque complicado de describir. “Probablemente hayamos visto el partido más épico de los últimos años justo después del peor partido, el de la semana pasada ante el CB Marbella, también de los últimos años. Estos últimos siete días han sido una montaña de emociones, la negativa la semana pasada contra Marbella y la positiva contra Juaristi hoy. Me gusta pensar que no perdemos nuestra identidad, la perdimos el otro día y hoy no queríamos que eso volviera a ocurrir. Les dije a los jugadores que ganar era secundario, hasta ese punto pienso en el largo plazo, pero que creía que lo importante es que no defraudaran a la afición. Nosotros vamos a morir y el resultado final que sea el que deba ser”.
Una ruleta rusa de partido. “Ambos conjuntos hemos tenido el encuentro ganado y perdido varias veces. Los últimos 15 minutos, también lo he comentado con el entrenador rival, los jugadores estaban muertos. Al final, en la ruleta rusa que es la prórroga hemos conseguido ganar”.
Javi Beltrán, al borde del desmayo. “Me gustaría destacar tres nombres propios en el día de hoy. Primero, Ángel Codón (el segundo entrenador), trabaja un montón en el día a día y quizás le hice culpable de la derrota la pasada semana injustamente. En segundo lugar, Javi Beltrán; lleva desde el martes con 39 de fiebre, durante los últimos instantes del partido casi ni podía estar de pie en el banquillo, y a pesar de eso y ante la ausencia de Walter le pedí que si podía jugar y se ha desfondado como siempre. Jugadores como Javi hacen que me encante ir a entrenar cada día. Y por último, Anthony Libroia. Anthony es un jugador especial, con cosas buenas y malas, pero un baloncestista de los pocos que he visto con esa capacidad para echarse el equipo a las espaldas; este año no está teniendo mucha suerte con las lesiones y necesitaba un partido como el de hoy”.
