viernes. 29.03.2024

Llegar a liga 1, esa era la meta de mi amigo Juan de Mena (Lechuga) y tras 10 años en el candelero, matemáticamente Zamarat pierde la categoría y despierta de un sueño en el que el espíritu naranja dio a la ciudad un aliciente en cuanto al baloncesto se refiere, el femenino al menos. Una forma diferente de hacer las cosas, de poner ganas en una cantera que en aquel entonces despertaba y en la que Zamora tenía niñas, aunque no muchas, pero eran de las que luchaban siempre por estar arriba y por hacer aquello que a Juan le llevaba la vida..."a correr"

Hoy la ciudad y la provincia vuelven a ver empobrecida su imagen deportiva, al no contar ya con ningún equipo en la élite de las distintas disciplinas nacionales. Con este partido que claro estaba que Zamarat iba a perder, por eso de que con 6 poco se puede hacer, y por eso de llevar muchos años en la cuerda floja, se pierde no solo la categoría, sino un espíritu al que ayudamos micrófono en mano y que fuimos los pioneros en animar en la cancha en tardes de sábado y domingos de presentaciones estilo WNBA que tanto llamaban la atención.

El Fútbol Sala Zamora hizo sus pinitos, el Balonmano Zamora también, y Zamarat el decano de esta serie, que tuvo una década de gloria, hunde esperanzas de una élite que en la capital no cuaja y deja en entredicho las posibilidades en los grandes deportes de competición y grupo de este país.

Buenas o malas gestiones a parte, es cierto que Zamora no tiene nivel, ni talonario, ni empresas que apuesten con el consiguiente apoyo institucional por un deporte en especial, todos quieren ser los primeros y los que muchas veces en detrimento de los demás han echado más de un piropo en este día del piropo pero más bien tirando a "pullita con mensaje". Así nos va, río siempre revuelto, y siempre quejicoso, mucho que reprochar pero poco que defender, ante una competición que encima con la pandemia se ha cargado esa máxima de "mens sana in corpore sano". 

Nulo ya el empuje en deportes de equipo que lleven el nombre de Zamora como bandera, afianzar como parecía y consolidar es algo complicado y tras una década de sueños, hemos vuelto a espabilar y a darnos cuenta de que aquellas, Danae Morenas, Daira Varas, Aja Parham, Alba García, Lidia Gesteira, Alba García, Laura Jimeno, Alba Miguel, Hind Bouzekri, Marta Garrote, Aitana Cuevas, PeeWee Johnson Bernice Mosby, Taru Tuukkanen o Daria Mieloszynska... y tantas otras que militaron en liga 1 y 2....y por supuesto las otras niñas de Zamarat las que animaban en la grada, las "Zamaratas", ellas si, si que tenían mucho que ver con los éxitos, quizá las que más, porque de la cantera salió el proyecto, de los coles, del esfuerzo y de los bocatas en los autobuses de los desplazamientos autonómicos y de los entrenamientos en tantas y tantas canchas.zamarat.jpg

Juan de Mena y su hermano Jose además del alma mater Susana Ferreras, tendrán dís de disgusto y pena, Juan, donde esté y los demás aquí en esta tierra en la que tocar la élite es más que complicado, pero perderla es más fácil de lo que parece.

El espíritu del sueño naranja ha de pervivir entre los que hoy hemos perdido parte de ese alma naranja que comenzaba siempre con el Space Jam y aquellas presentaciones que al estilo WNBA hacía desde el corazón y con todas las ganas del mundo para que las naranjas dieran todo en la cancha.

Hoy mi recuerdo para Juan, para Susana, para Jose y para todos aquellos que aunque hayan pasado muchos años tenemos ese espíritu de "a correr" que tanta falta nos hace tanto en el deporte como en la vida misma.

El fin del sueño Naranja, tras 10 años de lucha y pérdida de un mito llamado Juan de Mena