El jugador de Malva llegó al club rojiblanco una tarde en la que Miguel Ángel Álvarez Tomé decidió echar mano de la cantera, de los chicos que iban apareciendo desde abajo. Tuvo la oportunidad de participar en dos encuentros antes de irse a Valladolid a probar fortuna y volver, ya más hecho, al equipo de Roberto Aguirre donde ha conseguido ser ya histórico.
Miguel Santos llegó, el domingo en Mareo, a la cifra de 100 encuentros oficiales con el Zamora CF, algo que, hasta la fecha han logrado 52 futbolistas, aunque algo menos de la mitad de Zamora. Es el cuarto que lo logra esta campaña, aunque no será el último. Se han juntado, en una misma plantilla, varios futbolistas centenarios, una generación con la que la afición ha podido disfrutar varias campañas, y de ellos, Miguel Santos es el que llegó haciendo menos ruido.
Santos había hecho un debut fugaz en el equipo rojiblanco, dos partidos en los que dejó su impronta, en los que sacó alguna ovación a una grada necesitada de chavales de la casa que despuntaran ya que estaba dividida en cuanto a su opinión sobre Pablo Carbajal y esperaba que las lesiones respetaran a Hugo Aguado.
Santos se fue, como hacían entonces los chavales que buscaban una oportunidad que no encontraban en Zamora. Dejó Malva, dejó a sus amigos y compañeros e intentó triunfar en las categorías inferiores blanquivioletas. No fracasó, porque una aventura como esa, un aprendizaje allí vale mucho, pero tampoco consiguió triunfar y tuvo que volver a Zamora, a demostrar aquí que era un buen futbolista.
Aguirre confió en él desde el inicio, en una plantilla de futuro llamada a darle alegrías a la afición rojiblanca. Junto a él "debutaron" Jacobo, Nacho, Josete, Prada... y se hicieron mayores Jorge y Dani Hernández. Pero, aunque consiguió acumular muchos minutos desde el inicio, la grada no acababa de aceptar a este canterano por ese motivo, por su DNI.
Tres años más tarde, no sólo se ha ganado el favor del público, sino que se ha convertido en uno de los jugadores más queridos y uno de los comodines del técnico. Los 100 partidos le llegan al de Malva, quizá, en su mejor momento, cuando ha alcanzado la madurez futbolística y ha recuperado el descaro de la juventud. Miguel Santos es un puñal cuando juega en el extremo, y un muro cuando lo hace en el lateral. Santos es un pulmón cuando el equipo tiene que jugar en inferioridad, ya sea en Ourense, en Oviedo o en casa.
Miguel Santos se ha hecho mayor, ya no es ese chaval que debutaba una fría tarde en el Ruta de la Plata, y tiene galones suficientes para acabar cogiendo el brazalete la próxima campaña junto a Hugo Aguado, Manu Arias o Jorge Hernández.
En estos 100 partidos, Miguel Santos Alfageme ha logrado 6 goles, aunque la mayoría de una importancia manifiesta: en Salamanca para mantener con vida a los rojiblancos, frente al Constancia, o en Ourense, en una de las últimas gestas de este equipo.
