Bernardo Calvo Brioso, secretario y tesorero del club, se opuso desde un inicio a la maniobra diseñada desde la directiva para poder modificar el escudo, y se le pudo ver avergonzado mientras se alargaba una decisión que finalmente no llegó a votar la asamblea.
En una directiva no siempre hay unanimidad en las decisiones, pero la disparidad de opiniones ayuda a hacer crecer a un grupo de trabajo. Sin embargo, en las últimas semanas la brecha que se está abriendo en el Zamora CF empieza a ser complicada de solucionar y ya son varios temas en los que las ideas de las dos partes acaban chocando.
Sin embargo, el detonante ha sido la manipulación utilizada por la directiva rojiblanca para conseguir modificar el escudo. Durante la hora que duró primero la alocución del presidente sobre el escudo y después, la defensa a ultranza de Ricardo Herrero, al tesorero y secretario se le pudo ver con la cabeza baja, avergonzado por lo que estaban protagonizando sus compañeros de directiva.
El secretario decidió no intervenir en un tema que no sólo no compartía, sino en el que era totalmente contrario y en el que estaba de acuerdo con la gran mayoría de la asamblea. Cuando la votación en la que salía elegido el escudo original del club fue esquivada por los miembros de la Junta Directiva, el secretario comenzó a negar con la cabeza y ya no volvió a pedir la palabra en lo que restaba de asamblea hasta que un asistente le pidió información sobre un tema económico en ruegos y preguntas.
El secretario, que se enteró de que el escudo del club sería punto de la asamblea más tarde que el resto de sus compañeros, al encontrarse fuera de la ciudad cuando se tomó la decisión, también se opuso hace meses a la inclusión de tantas entradas en la tómbola solidaria, uno de los motivos que han desanimado a los aficionados rojiblancos a comprar más boletos.
Con la asamblea todavía muy en caliente, Bernardo Calvo decidirá en los próximos días su futuro, que podría pasar incluso por abandonar la Junta Directiva actual.
