viernes. 19.04.2024

La calificación de la añada de 2013 ha resultado de "muy buena", según anunció el presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Vino de Toro, Amancio Moyano, tras la celebración, como primera actividad de la III Feria del Vino de Toro, de la cata de calificación, a la que asistieron 70 catadores de diversas zonas, y que tuvo lugar en el patio de caballos de la plaza de toros de la localidad.

 

Así, Moyano señaló que se trató de una cata internacional, ya que asistieron catadores franceses e italianos, además de los catadores de Castilla y León, entre los que se encontraban representantes de las asociaciones de sumilleres de la región, enólogos de las bodegas de la comunidad y representantes de la Asociación de Enólogos de Castilla y León, técnicos de sus consejos reguladores, representantes de la Asociación de Consumidores, representantes de la Estación Enológica de la región y prensa especializada, esto es, profesionales del sector, lo que hace "que sea una cata objetiva". En cuanto a los vinos que se probaron, explicó que se trató de doce caldos, que ya habían sido seleccionados como representativos de la D.O. Toro, de los cuales tres eran Jóvenes, mientras que el resto habían estado ya en barrica.

Según su valoración, la calificación de la añada de 2013 como "muy buena" es "meritoria", debido a las dificultades climatológicas del año anterior, que resultó "un poco complicado", puesto que la abundancia de lluvias y las bajas temperaturas hicieron que se retrasase la maduración de la uva; sin embargo, destacó el "buen trabajo" llevado a cabo en las bodegas, que es lo que ha llevado a conseguir esta calificación.

Por su parte, el veedor del Consejo Regulador, Carlos Gallego, apoyó lo comentado por Moyano, y recordó que el año pasado las complicaciones comenzaron ya en el mes de mayo, en el que "hubo mucho frío y mucha humedad", lo que supuso una maduración muy lenta del fruto. Y es que, precisó, a la Tinta de Toro "le llega la madurez alcohólica antes que la fenólica", es decir, para que alcance el máximo de color, de aromas, de expresión y de estructura tiene que tener catorce o quince grados, pero cuando llueve de continuo, "eso hace una vendimia muchísimo más complicada y selectiva".

En cuanto al tipo de vendimia, que se realiza de forma manual y mecánica, aclaró que hubo bodegas que en las vendimias mecánicas tuvieron que hacer una prevendimia cortando los racimos que no llegaban al momento óptimo de calidad que ellos querían, para luego hacer una vendimia mecánica. Esto supone un trabajo y un esfuerzo mayores para la bodega, con muchos más controles de maduración y muchos más controles de cata de uva, "porque una cosa es la maduración industrial y otra la maduración tecnológica, y así, una uva puede estar técnicamente perfectamente madura, pero cuando la catas no tiene expresión, no tiene crema, no sabe a mermelada de uva, de mora, que es un poco lo que nos identifica, por lo que eso supone mucho más trabajo también en el campo".

Y así, Gallego comentó que en la D.O. Toro ya llevan alrededor de una década "haciendo los viñedos por zonas, pagos o viticultores", ya que "cuanto más pequeña sea la cantidad, cuanto más selectivos seamos, mejor obtenemos la calidad".

Por otro lado, y en referencia a la crítica que se hace habitualmente de los vinos toresanos respecto a que se trata de "vinos duros, alcohólicos, tánicos", afirmó que no se puede hacer este año porque son vinos "más huecos, más delicados, más elegantes, más frescos y más del Duero alto que del Duero bajo", lo que hace que sean vinos "mucho más comerciales que los de otros años", y es que, aunque para los enólogos, que son más exigentes, pueda faltarles "más concentración, o más expresión, o más tanicidad", matizó que "posiblemente al consumidor le guste este estilo de vinos que tenemos este año".

La D.O. Toro consigue una calificación de "muy buena" para su añada del 2013