jueves. 28.03.2024
Vinos de León con las variedades autóctonas de Albarín Blanco y Prieto Picudo

La bodega Leyenda del Páramo presenta sus vinos con las uvas autóctonas leonesas Albarín Blanco y Prieto Picudo.

Álvaro de la Parra, responsable comercial y enólogo de Leyenda del Páramo, entroncada en la D.O Tierra de León, presentó ayer en la Asociación de Sumilleres de Zamora los vinos blancos, rosados y tintos de la bodega, elaborados con las variedades autóctonas Albarín Blanco y Prieto Picudo, que sólo se cultiva en esta parte de España y del mundo, abocada a desaparecer. Ubicada en Valdevimbre, Leyenda del Páramo es una bodega que inició su andadura en 2010 fundada por siete socios y que en la actualidad cuenta con 106 socios, a cuya cabeza está Pedro González Mittelbrunn, director general y técnico de la bodega y responsable de la elaboración de estos vinos.

El enólogo Álvaro de la Parra en un momento de la cataDe la Parra explicó que la variedad Prieto Picudo, que durante muchos años ha sido cultivada en el sur de León, ha sido desarraigada en las últimas décadas, por lo que sólo existen 100 Hectáreas de viñedo centenario, así como la peculiaridad de la poda en rastra, ya que los brazos de las cepas se apoyan en el suelo. Recuperar esta variedad y evitar que se extinga en una de las prioridades de la bodega.

Cinco vinos conformaron la cataLa cata comenzó con el Aprendiz blanco 2013, elaborado al cien por cien con Albarín blanco, una procedente del sur de León y de una pequeña parte de Asturias. Se trata de una de las variedades con menos superficie del mundo, una reliquia. El blanco presentado en Zamora está obteniendo una muy buena aceptación en mercado internacional. Con intensidad y carácter, es un vino seco. Pálido (amarillo verdoso, limpio y brillante), en nariz tiene una intensidad media-alta, con aromas frutales (pera, manzana) y carácter herbáceo en boca. En retronasal remite al hinojo, tiene buena persistencia y gusto amargo al final, manda acidez en boca. Se trata de un vino que mejora con el paso del tiempo, ideal para maridar con comida japonesa o sushi.

Un momento de la cataEl Aprendiz rosado 2013 fue el segundo vino catado por los sumilleres. Elaborado al cien por cien con ÑPriero Picudo y con viñedos de más de 35 años, se realiza mediante la técnica del "madreo". Así, después del sangrado, se somete a una maceración corta y se añaden racimos enteros sin despalillar ni estrujar que aporta una gran riqueza de aromas. De color frambuesa, limpio y brillante, sobresalen los aromas de palote de fresa y frutas rojas frescas tipo granada, más verde. En boca presenta un postgusto amargo característico de la Prieto Picudo y recuerdo de flores violetas, gama floral. Con mucho cuerpo para tratarse de un rosado, amplio y equilibrado, es ideal para comidas con platos como mollejas, sin carnes rojas.

Los sumilleres apreciaron las características de la Prieto PicudoYa en la gama de tintos, Álvaro de la Parra presentó el Aprendiz 2013, que aún no está en el mercado, con tres meses de barrica y que se pule en botella. Se trata de un vino ideal para el chateo y para combinar con legumbres, arroces o carnes blancas. De capa media-baja, es un vino muy fresco que no llega a los 13 grados de alcohol, con aroma limpio y un color rojo granate intenso. En nariz están presentes las frutas rojas con fondos de maderas nobles y en boca es persistente, seco y aterciopelado.

La cata continuó con uno de los vinos estrella de la bodega, el Médico 2011, único Prieto Picudo que ha obtenido 94 puntos en la Guía Peñin, con nueve meses de barrica (75% roble francés y 25% americano). Un vino de capa alta, que en nariz presenta aromas de fruta roja madura -guinda, cereza- con toques de cacao y torrefactos, sin que marque la madera, con notas especiadas, balsámicas. Suave y muy agradable al paladar, a la vista presenta un color rojo granate intenso con matices púrpura y en boca es seco y potente, redondo, estructurado, con la buena acidez de la Prieto Picudo.

Tres de los asistentes a la cataPara finalizar, la Asociación de Sumilleres cató el Músico 2011, un tinto con doce meses de barrica cien por cien roble francés con aromas de fruta más negra (cereza picota), notas especiadas, balsámicas y minerales y el roble francés muy presente. En boca da a mucha fruta, seco, potente y fresco, muy equilibrado, carnoso y maduro. Pese a tratarse de un vino muy redondo, puede ganar en botella y es el vino más en consonancia con los vinos de la D.O Toro en cuanto a cuerpo y estructura.

De esta forma, la Asociación de Sumilleres continúa con la promoción no sólo de los vinos de la provincia, sino de todas las zonas vitivinícolas de Castilla y León, apelando al consumo moderado y responsable.

Vinos de la estirpe del León