viernes. 29.03.2024
Vicente Díez en la III Exaltación a la Virgen de la Soledad

Nieto de cargador, hijo y hermano de pregoneros, Vicente Díez ha dedicado su intervención a Laura Luelmo, la joven zamorana asesinada en diciembre, y ha recordado a todas las mujeres que viven el maltrato y el terror.

Junto a la Virgen de la Soledad, vestida con su luto sencillo del Sábado Santo, Vicente Díez Llamas ha realizado en la iglesia de San Juan la III Exaltación Literaria que organiza la cofradía de Jesús Nazareno. A caballo entre el verso y la prosa, entre su propia poesía y la de otros grandes autores, entre la reflexión y la emoción, Vicente Díez ha reflexionado junto a la Madre sobre la Soledad y ha dedicado sus palabras a Laura Luelmo, cofrade y zamorana, "a quien sus manos ya han conducido a la gloria".

La Virgen de la Soledad ha sido el hilo conductor del texto de Vicente Díez -Tito, aquel niño rubio y listo de Vicente y Mari Carmen-, quien ha remitido a los presentes a los días de la Semana Santa, a los recuerdos comunes y a sus propias vivencias. También ha recordado Vicente Díez a los pies de la Soledad, tras la lectura del famosos poema a sus manos del Padre Rivas, a Laura Luelmo, la joven profesora asesinada el pasado mes de diciembre en Huelva, así como la devoción que su madre, Mari Carmen Llamas, siente por la Virgen, a la que se escapaba a ver cuando vivían fuera de Zamora. También ha elevado la voz por todas las mujeres que sufren la lacra de la violencia y de los abusos, para que sus nombres y su dolor no se olviden.

Hijo de pregonero, el gran periodista Vicente Díez, quien tanto y tan bien cantó a Zamora, a su Semana Santa y a la Virgen de la Soledad; y hermano de pregonero, el joven abogado Alfonso Díez, Vicente ha recordado también a ambos, con especial emoción en las palabras dirigidas a su padre, hijo de Vicente Díez de Castro, su abuelo, Vicente, cargador de La Verónica y después de La Soledad, para quien "era una tortura" contemplarla desde la acera.

"No se puede - si se es buen zamorano y cofrade-, entender la vida sin Ella", fueron las primeras palabras en prosa de Vicente. Y así, desgranó como cada momento, cada lugar, incluso cada imagen y procesión de la Semana Santa van encaminadas hacia Ella, la Virgen de la Soledad. Ha evocado las voces de otros poetas como Claudio Rodríguez, Agustín de Foxá, Leopoldo Panero o el propio León Felipe.

Especialmente hermoso ha sido el momento en que Vicente se ha referido a las tres devociones principales de los zamoranos. "Los hijos de Nuestra Madre lo somos también de la Soledad. Hay una unión más poderosa que el entendimiento simple que nos hace ser de Ellas, quererlas por igual y sentirlas nuestras. Es una orla de privilegio que se divide en tres partes: Nuestra Madre, la Esperanza y la Virgen de la Soledad. Una tríada perfecta de crianza bajo el banzo eterno, sentido y solemne de la Zamora más semanasantera, más cofrade y más mítica de todas las herencias posibles que Zamora puede legarte".

Tras recordar la madrugada del Viernes Santo o la reverencia, Vicente Díez ha llamado a los hermanos a un compromiso de reconciliación, a que venza el amor sobre el odio y ha culminado su intervención recordando la Resurrección y la Luz de la Soledad. 

"¡¡¡Zamora entera a la calle
y a llenarte de lisonjas
y a besarte, Soledad,
con la Salve de la sombra
y un Padre Nuestro de Sol
pronunciado y a deshoras,
de rodillas ante Ti,
ante la Reina y la Aurora,
que vive en la Puerta Nueva
y es Soledad de Zamora!!!"

Vicente Díez pone poesía, corazón y emoción a los pies de la Virgen de la Soledad