viernes. 19.04.2024

El poeta salmantino es coordinador del taller de lectura de la Casa de las Conchas donde ha nacido Bivalvos, un libro que recoge los textos obrados en ese taller durante los últimos años.

En tiempos de hipérboles, en los que la poesía anda más esquiva de lo normal, Raúl Vacas anda sembrándola en sus talleres, soñando que el rizoma se haga cada día grande y haya más metonimias regando las mentes y las almas. Acaba de conseguir que crezcan cientos de mecenas en su bancal literario dispuestos a transformar la palabra oral en libro y hacer realidad Bivalvos, un trabajo colectivo y constante que reúne la antología de textos del taller de escritura creativa de la Casa de la Conchas, un lugar a donde llegó hace tiempo con el cordón umbilical enrollado en el cuello. "Sentimos como un lujo que nuestro taller esté en este edificio emblemático en pleno corazón de la ciudad. Estamos contentos porque se ha cumplido con el objetivo de la publicación. Enseguida comenzaremos a darle forma al libro para ponerlo en manos de los mecenas de este proyecto."

Bivalvos será para muchos de sus autores su primera publicación, aunque algunos de los participantes en el taller ya han publicado sus primer libro de poemas o de relatos. "Hemos procurado que haya textos con muchas caras diferentes para mostrar cómo es un taller de escritura creativa y nuestro objetivo, que es tratar de escribir textos que vayan desde el humor y la parodia, combinados con otros mucho más íntimos e incluso desgarrados".

Raúl Vacas, poeta con estudios de educador social y periodista, conoce el suelo que pisa y la realidad por la que transita. Salmantino, al que también se le ha definido como hortelano de la palabra, define la poesía como esa "búsqueda constante de cada cual en relación con la realidad en que vivimos. Desde hace un tiempo estoy escribiendo mucho más sobre ese vínculo con la naturaleza y con el campo. Pero mi poesía tiene que ver con lo lúdico, porque ahí es donde me siento a gusto. Me identifico con el nombre que dan en Galicia a los talleres de poesía, les llaman obradoiros de poesía. Los poetas lo que hacemos es obrar con las palabras".

A este peatón de la palabra, como gusta de definirse, siguiendo los pasos del poeta mexicano Jaime Sabines, le gusta cultivar la poesía en talleres y charlas. "Recuerdo escuchar y ver a mi madre feliz recitando de memoria a Antonio Machado, hoy muchos jóvenes no tienen ningún poema en la cabeza porque se han dejado de trabajar en la escuela. La poesía quizá se ha instrumentalizado demasiado. En muchas ocasiones, en lugar de hablar del contenido del poema, que nos serviría para la vida, se habla de muchas otras cosas demasiado técnicas. Ha hecho que poco a poco vayamos apartando la poesía hacia un lado. Hemos perdido el carácter popular de la poesía. Como si de repente, el rúter poético de hace unos años se hubiera estropeado y hubiera dejado de llevar esa señal maravillosa que nos pone en contacto con lo que somos y con lo que seremos".

Para Raúl Vacas, "la poesía no deja de ser un reflejo profundo de muchas cosas que suceden en nuestras vidas, no se trata de una asignatura ni se trata de un género exclusivo, ni siquiera de un lujo como decía Celaya, la poesía debe estar al alcance de cualquiera. Estamos perdiendo una gran herramienta para comprender lo cotidiano y para la educación, por falta de uso y por los prejuicios hacia todo lo que tiene que ver con lo poético".

"Si miramos a los poetas vinculados a la vida, incluso a lo político, como pueden ser Federico García Lorca o Miguel Hernández, podríamos hacer un retrato perfecto del momento en el que vivieron a través de sus obras, acontecimientos a los que ellos supieron retratar y poner nombre", continúa Raúl Vacas. "Quizá los poetas nos hemos apartado un poco más de esa mirada, de lo que ocurre fuera, y hemos puesto la vista en lo que nos ocurre a nosotros. Hemos hablado demasiado de nosotros mismos. Creo que el perfil de lo social es algo que han cubierto mucho más raperos que poetas en estos últimos años". Siempre ha tratado de ser motor poético, formando parte de tertulias, de grupos, impartiendo talleres, buscando aquellos lugares donde la poesía es necesaria. "Hace años pensé que era necesario que en los institutos se difundiera la poesía, ayudando a jóvenes y maestros a recuperar el interés por lo poético, ahí es dónde he centrado mi labor".

Poeta de regreso al pueblo, cada día se encuentra más vinculado con la naturaleza. "Está de moda hablar y reflexionar acerca de la despoblación, del medio rural, de la España vaciada. El trabajo de muchos poetas ha sido ahondar en esa reflexión y proponer puntos de vista desde la poesía. Algo que hacen de manera absolutamente noble, poetas como María Sánchez, que ordeña sus cabras y sabe de lo que escribe. También debemos tener cierta precaución hacia la idealización de lo rural. Existen muchos escritores y escritoras que nos planteaban escenarios rurales que no se parecen en nada a lo que está ocurriendo en la vida de cualquier pueblo".

Considera importante que la poesía ahonde y arraigue en la tierra, mostrando el camino que nos conecte a lo que somos. "Yo nací en un pueblo y me he criado en la ciudad. Me considero un poeta urbano, pero necesito hacer ese viaje de vuelta, de regresar a mis orígenes. La escritura es una herramienta fantástica para ayudar en ese viaje de retorno a los orígenes. La poesía puede contribuir a enseñar el camino, nos puede ayudar a reflexionar y a vivir con emoción ese reencuentro".

Raúl Vacas: “Hay muchos jóvenes que ya no tienen poemas en la cabeza”