sábado. 20.04.2024
Foto Lorenzo Armenteros/Redacción Médica

Ante la perspectiva de una tercera ola de coronavirus, echar la vista atrás para saber qué falló en la primera y segunda es un ejercicio necesario. Lorenzo Armenteros, portavoz Covid-19 de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), responde a las preguntas de Redacción Médica como parte del especial 'Lecciones del Covid-19', donde analiza pormenorizadamente los retos y oportunidades que tenemos delante para encarrilar la situación.

-¿Qué medidas considera que fueron más acertadas ante la primera ola ante el Covid-19?

-Dada la gravedad de las consecuencias de la pandemia sobre la población, sobre los médicos y sobre todos los sanitarios en general, resulta difícil destacar las medidas acertadas de la primera ola de la pandemia, pero es cierto que algunas de ellas fueron efectivas.

Aunque con tardanza, durante el estado de alarma, se creó un mando único operativo para coordinar las actuaciones, siendo el Gobierno la autoridad competente. Esto evitó situaciones de inequidad que podrían haberse producido de no existir, dada las distintas situaciones epidemiológicas, sus diferentes servicios de salud, e incluso de riqueza, existentes entre las comunidades autónomas.

El confinamiento llevó, con un gran esfuerzo y sacrificio de la población, del tejido empresarial, de la enseñanza en todos sus niveles, etc.; a que la curva de casos se fuese doblegando de una forma mucho más lenta de lo que se preveía, pero consiguiendo su objetivo.

-Visto con perspectiva, ¿cuáles fueron los mayores errores ante la primera ola?

-En la primera ola siempre se actuó de forma improvisada, y se fue por detrás de los acontecimientos. Se retrasaron en tomar todas las medidas que podían contener el crecimiento de la pandemia, y eso conllevó una situación dramática para la población, para los médicos para todo el personal sanitario.

Se fue improvisando a medida que la situación empeoraba a limites impensables, con situaciones dantescas, el país con mayor número de sanitarios fallecidos en muchos de los casos como consecuencia de la carencia de material básico de protección. Hospitales colapsados, urgencias y UCI viviendo situaciones dantescas. Desmantelamiento de una Atención Primaria ya herida desde hace años, reconvirtiéndola para realizar otras funciones diferentes a las propias de su nivel asistencial, manteniendo una actividad presencial limitada, pero a la vez infradotada en medios de protección, ocasionando el mayor numero de médicos contagiados y fallecidos, en aquel momento.

Por tanto, enumerar errores es más fácil que enumerar aciertos. Todo esto hubiese sido una enseñanza de gran valor para afrontar la segunda ola epidémica, si se hubiese tenido voluntad de cambio, algo que no existió y pos lo que pagamos sus consecuencias en este momento.

-¿Qué cree que ha hecho que España se enfrente a una segunda ola?

-Una desescalada demasiado rápida, con una falsa sensación de seguridad y triunfalismo frente al virus, vendido desde el gobierno. El objetivo económico de salvar el turismo relajó de forma anormal las medidas de seguridad, sobre todo en ámbitos como el ocio nocturno, uno de los grandes focos de contagio.

Ha faltado información para interiorizar los mecanismos de protección, de este modo el ambiente familiar y de amigos cercanos, se convirtió en otro gran foco de contagios. Inhibición del Gobierno central en sus tareas de control y coordinación, dejando en manos de las comunidades la responsabilidad de la gestión de la pandemia, actuando cada una de ellas de una forma diferente y descoordinada. Esta dejadez de funciones del Gobierno central ocasionó un sentimiento de desbordamiento en los gobiernos autonómicos.

 

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