El Castillo de Zamora, otrora lugar de gestas, se llenó esta tarde de fantasmas, brujas, esqueletos y otros especímenes dignos de una noche de ánimas que salieron, aún con el sol en lo alto del cielo de Zamora, a disfrutar de un día que es suyo.
El Ayuntamiento de Zamora y Directo al Corazón organizaron un Halloween diferente para los más pequeños de las familias zamoranas y algunos no tan pequeños que volvieron a una niñez en la que, en Zamora, apenas se conocía esta festividad.
El Castillo de Zamora, lugar perfecto para este tipo de celebraciones, a medias entre la brillantez que tuvo en el pasado y las ruinas semirecuperadas que le dan un aspecto fantasmal ahora, se llenó de niños y mayores, disfrazados la mayoría, a medias entre la ilusión del disfraz y el miedo que nos provoca el más allá.
En el Castillo no faltaba de nada: magia, pintura para los rostros de los pequeños disfrazados, un lugar oscuro dónde contar cuentos, una pitonisa que leyó el futuro de los más valientes o una zona de música que Pablo de Prieto y Dj Jormi se encargaron de pinchar para que pudieran bailar los más pequeños.
Desde primeras horas de la tarde, los más pequeños disfrutaron de una tarde especial que se prolongó hasta que la noche cayó sobre el Castillo y las ánimas viajaron hasta otros lugares para celebrar una noche especial.
