El Grupo de Coros y Danzas "Doña Urraca" celebró ayer el fin del curso en el colegio Jacinto Benavente.
Los zamoranos miraban al cielo, una gran tormenta se avecinaba, y es que, en cuestión de minutos la lluvia pasó a ser la protagonista de la tarde. Muchos de los vecinos de la provincia tuvieron que llamar a los bomberos para achicar agua, y las calles dejaron una imagen llena de charcos sin un alma por ellas.
Todos estaban en sus casas resguardados, incluidos los más de 100 niños que ayer tenían el día rodeado en el calendario, día especial en el que celebraban su fiesta de fin de curso. Estamos hablando del Grupo de Coros y Danzas "Doña Urraca", una escuela formada aproximadamente por 200 alumnos de diferentes edades que tenían festejo en el colegio Jacinto Benavente de Zamora.
El mal tiempo no pudo con esta escuela que se creó para poder acercar a la gente a la cultura tradicional, para que la danza no sea entendida como un hecho aislado y que sus alumnos puedan comprender el contexto en el que se desarrollan sus bailes. Desde dentro, el grupo quiere transmitir y promover los valores como la participación y la colaboración, pero no solo eso, va más allá, y es que hoy se ha podido comprobar una vez más cómo el hecho de que sean bailes en grupo ayuda a comprender el significado del compañerismo a los más pequeños acercándolos al resto de compañeros. Ayer, esos 150 niños y hasta 70 adultos demostraron una vez más su talento.
A las 7 y media de la tarde comenzaba una celebración llena de música, folklore y cultura donde, con vistosos trajes e instrumentos típicos realizaron diferentes bailes. Las actuaciones fueron variadas, con un amplio repertorio todos ellos típicos de las distintas zonas de Aliste, Tábara, Sayago y el resto de comarcas que forman la provincia. Pero no solo los bailarines fueron los protagonistas, aquellos que aprendieron a lo largo del curso a tocar instrumentos como la pandereta y las castañuelas también participaron en este evento, poniendo vida y ritmo a estos bailes.
Así es como tras una larga tormenta llegó la calma, y es que cobijados o no, todo este grupo variado pudo festejar su fiesta de fin de curso tan esperada.
