miércoles. 24.04.2024

El cooperante, geógrafo y montañero sanabrés Daniel Boyano Sotillo, presidente de la Asociación para el estudio de la montaña CRYOSANABRIA ha publicado este segundo semestre del año 2018 en la Revista española de desarrollo y cooperación el artículo Desigualdades de género en crisis humanitarias.

Al calor de los últimos desastres acontecidos en el ámbito Mediterráneo, Boyano, después de sus experiencias como cooperante y trabajadoe en ayuda humanitaria por todo el mundo durante 10 años, relata que en los últimos años se han incrementado las crisis humanitarias, a lo que hay que sumar la falta de recursos públicos para trabajar en prevención y en ayuda post desastre debido a la crisis económica, afectando esta situación en mayor grado a las mujeres. Para analizar este escenario este artículo hace una aproximación a las desigualdades de género durante crisis humanitarias en el mundo, seguido de un somero análisis de la respuesta de las mujeres ante los desastres, para concluir con un resumen de buenas prácticas que se vienen llevando a cabo en todo el mundo y que están en camino de institucionalizarse.
Para Boyano "Las crisis humanitarias afectan y terminan con la vida de más mujeres que hombres, siendo especialmente vulnerables al partir de una situación inicial de desigualdad. Según Naciones Unidas, más de la mitad de las muertes maternas, embarazo o parto, ocurren en situaciones de emergencia humanitaria y todas las formas de violencia de género contra las mujeres y niñas alcanzan su punto máximo durante crisis humanitarias. Asimismo los índices de violencia que sufren se incrementan en situaciones críticas: más agresiones sexuales, crece el número de matrimonios infantiles forzados, mayor abandono escolar de las niñas y menor probabilidad para las mujeres en su acceso a la tierra. Nos encontramos casos alrededor de todo el mundo, por ejemplo en Jordania, en la actualidad, aproximadamente en una de cada cuatro bodas de refugiados sirios la novia es menor de 18 años. En Gaza aumenta la violencia de género después de cada ofensiva de Israel, lo mismo ocurre en República Árabe Saharaui Democrática con los ataques de las fuerzas armadas marroquíes. Pese a ello, muchas agencias humanitarias aún consideran secundaria la incorporación del enfoque de género, quedando de manifiesto en los reducidos fondos destinados a solucionar este problema."
Hay que contextualizar recordando que el capitalismo neoliberal utiliza las crisis humanitarias para poner en marcha rápidamente cambios radicales en la economía y la política, en un momento en que la población se encuentra colapsada por la crisis, por tanto, incapaz de oponerse cambios a los que normalmente se resisten.
En diferentes casos de crisis humanitarias en todos los rincones del mundo podemos observar un significativo incremento en los niveles de violencia contra las mujeres y niñas, en especial, violencia sexual, abusos y violencia por parte de la pareja o familiares, lo que tiene un alto impacto en su salud integral. Desafortunadamente, es común, un aumento en los niveles de violencia doméstica y sexual después de eventos catastróficos, sumado a que menudo hay escasez de provisiones de anticonceptivos, lleva a incrementar los embarazos no deseados o inoportunos, el contagio de enfermedades, y los abortos en condiciones de riesgo. Asimismo se produce descapitalización de las mujeres y la reducción de su participación en las actividades productivas en los sectores formal e informal, perdiendo de esta forma ingresos debido que tienen que aplicarse temporalmente a tareas de emergencia y una mayor cantidad de trabajo de cuidados no remunerado, a pesar de que son las encargadas de recuperar medios de subsistencia de la familia. Este trabajo de cuidados aumenta enormemente cuando se interrumpen o destruyen los sistemas de apoyo tales como guarderías, centros de personas de edad avanzada, escuelas, clínicas, transporte público y redes familiares. Del mismo modo el trabajo de cuidado tiende a dilatarse durante largos períodos de tiempo, ya que la infraestructura social y de vivienda, una vez devastada, tarda en volver a su funcionamiento normal.
Además, cuando el nivel de daño es muy grande, las familias se ven obligadas a refugiarse en espacios que quedan habitables de sus viviendas, hacinados en casa de familiares, en alojamientos temporales, en pabellones de deporte o en zonas alejadas ocupadas mediante diferentes fases de invasión o realojamientos oficiales, aumentando en todos los casos la vulnerabilidad de las mujeres.

Las desigualdades de género en crisis humanitarias desde el punto de vista de Daniel...