viernes. 19.04.2024

El hospitalero tabarés José Almedida valora la opción de volverse al pueblo y de aún con muchos problemas buscar un futuro basado en la tradición y en el Camino de Santiago 

"Soy de la opinión y cada vez estoy más convencido de ello de que los zamoranos nos valoramos muy poco, que tenemos esa mala costumbre de ensalzar todo lo que nos llega de fuera y no reconocer el valor de lo nuestro, algo que otros sí saben apreciar. Por eso no es de extrañar que muchos proyectos mueran olvidados en los despachos, ya que por ser de alguien de aquí se da por cierto que carecen del valor que realmente tienen. Después de estar muchos años fuera de esta mi tierra, al regresar me he dado cuenta de que todavía hay cosas por las que merece la pena implicarse, y cuando ya lo único que podría esperar de la vida es una plácida tranquilidad, he comprendido que la experiencia acumulada puede ser útil y que no importa invertir algo de tiempo y un poco de esfuerzo en aquello en lo que aún podemos aportar nuestros conocimientos.
Hace cinco años que llegué a Tábara para hacerme cargo de su albergue de peregrinos, uno más de cuantos jalonan este Camino procedente del sur peninsular, utilizado, principalmente, por quienes ven en la peregrinación una opción de búsqueda a sí mismos. Desde el primer momento, y en base a mis convicciones, en él se ha ejercido siempre la hospitalidad al estilo tradicional, esto es, sufragar los costes con los donativos de los peregrinos. Por otra parte, esta actividad me ofrece la posibilidad de disponer de tiempo libre, oportunidad que he aprovechado para publicar varios libros con mis propias experiencias en el Camino y las que los peregrinos me han ido proporcionando a lo largo de este tiempo.
Tras una vida muy activa anhelaba encontrar sosiego y descanso, esperando que la monotonía hiciera que los días transcurrieran sin ese ritmo a veces un tanto frenético al que estaba acostumbrado, pero poco a poco fui implicándome en algunos proyectos en la creencia de que mis conocimientos podían contribuir a su desarrollo: primero fue la propuesta de crear una asociación jacobea en Zamora para que los peregrinos tuvieran quien les representase; después vino la incorporación a ADATA, que trata fomentar el desarrollo local de las comarcas de Alba, Aliste y Tábara; luego la de dinamizar las dos primeras al objeto de promover y divulgar el itinerario del Camino Zamorano Portugués, asumiendo la gestión del Albergue de Alcañices y la rehabilitación de la Casa Parroquial de Almendra del Pan para reconvertirla en un punto de acogida jacobea.
Como representante de este colectivo nos implicamos en algunos proyectos en los que están trabajando el grupo "Zamora 10 y la plataforma ciudadana Viriat@s; además, fui designado interlocutor del colectivo jacobeo de la Comunidad (compuesto por cerca de veinte asociaciones) en la Comisión de los Caminos de la Junta de Castilla y León. También, en estos cinco años, mensualmente hemos elaborado una revista digital, que ya cuenta con casi 60 números la mayoría de ellos con 40 páginas dedicadas al Camino Sanabrés, con la finalidad de que esta antigua ruta hacia Compostela sea conocida entre el orbe peregrino.
Es una labor que a veces parece un tanto velada, pero quienes quieren conocerla saben de ella. Nos sentimos satisfechos porque los peregrinos así lo ven y saben reconocerlo y, por los resultados que vamos obteniendo, el tiempo nos da la razón y el ánimo para seguir trabajando en ello.
Cada año se realizan encuestas entre los peregrinos, solicitando su valoración sobre los diferentes caminos y sus lugares de acogida. Nunca le he otorgado demasiada credibilidad a estos informes, por cuanto dependiendo de las preguntas que se formulen y, sobre todo, sabiendo al colectivo al que van dirigidas, pueden llevarnos a unos resultados que nada, o muy poco, tienen que ver con la realidad: prueba de lo anterior es que el albergue de Fuenterroble de Salvatierra (Salamanca) no figura entre los más valorados, pero los datos así lo indican.
Este hecho nos lleva a la conclusión de que las encuestas se realizan en base a la opinión de los peregrinos que únicamente recorren los últimos cien kilómetros, esto es, desde Ourense el 60% de los que llegan a Santiago por esta ruta, caminantes que solo esperan recibir la ansiada Compostela, el certificado que acredita haber hecho la peregrinación.
El albergue que dirige el cura Blas es, por su hospitalidad y acogida, una referencia no solo en la Vía de la Plata sino en todo el orbe peregrino -consúltense, en su caso, las opiniones en las distintas webs del Camino- y el hecho de no figurar entre los más destacados confirma el método utilizado para realizar la encuesta.

HABLAN LOS PEREGRINOS
Antonio Retamosa es un peregrino sevillano que todos los años vive la experiencia del Camino; además, en Facebook gestiona una guía actualizada de la Vía de la Plata, con consejos prácticos para todos aquellos que inician en esa capital andaluza la peregrinación. Desde el pasado 2018 tiene habilitado un espacio en su página para que los peregrinos puedan opinar sobre los lugares en los que les han acogido; quienes responden son, en su mayoría, aquellos que conocen los lugares en los que se ofrece acogida y, como no podía ser de otra forma, han sabido poner al padre Blas y a su albergue en el lugar que les corresponde: le colocan como uno de los más importantes de este Camino (Vía de la Plata-Camino Sanabrés).

NO SOMOS TAN MALOS
La encuesta se ha realizado a lo largo de un año, desde el 10 de enero de 2018 al 10 de enero del 2019, y el resultado ha sido el siguiente:
Albergue de Fuenterroble de Salvatierra 163 votos
Albergue de Tábara 127 votos
Albergue de Zafra 102 votos
Albergue de Zamora 83 votos
Albergue Alba y Soraya de Calzada de Béjar 52 votos
Albergue del monasterio de Oseira 43 votos
Albergue La Misericordia de Alcuéscar 42 votos
Albergue Torre de Sabre de El Cubo del Vino 38 votos
Albergue de Rionegro del Puente 33 votos
Albergue de Castilblanco de los Arroyos 32 votos

Como ocurre con todas las encuestas, seguramente no será la más acertada, pero dado que el albergue de Fuenterroble encabeza la lista, nos induce a pensar que el resultado se ajusta más a la realidad que en aquellas en las que ni tan siquiera aparece.
Zamora es una provincia que cuenta con casi quinientos kilómetros de caminos jacobeos (Vía de la Plata, Camino de Levante, Camino de Sureste, Camino Sanabrés y Camino Portugués) y, si no la más humilde, es una de las más desfavorecidas. Pero no debemos ser tan malos los de aquí cuando en este ranking de hospitalidad y acogida en el Camino cuatro de nuestros albergues figuran entre los más valorados por los peregrinos, reconocimiento que dice mucho de la gente de esta tierra, pues quienes así los consideran son, en su mayoría, foráneos.
También es significativo que los tres primeros albergues de peregrinos más valorados son los que su gestión está a cargo de personas que ya ocupan un lugar especial en el movimiento jacobeo contemporáneo: José María Blas, José Almeida y Antonio Puente, respectivamente. De esto se desprende que la continuidad en la acogida hace que éstas no sufran altibajos como consecuencia de la rotación periódica de los hospitaleros, como sucede en otros albergues.

EL HABITO NO HACE AL MONJE
Una anécdota: en cierta ocasión, sin que previamente hubiéramos concertado la fecha para poder enseñárselo, el concejal de Turismo de Zamora se acercó a Tábara para conocer el albergue, pero casualmente ese día me encontraba de viaje y únicamente solo pudo ver el exterior; en la siguiente ocasión en la que nos reunimos me comentó la desilusión que le había causado lo que había visto. Le respondí que un albergue son solo cuatro paredes, mejor o peor construido, pero que eso no es lo prioritario para el peregrino: lo que él espera es una cálida acogida, fraternal, y vivir la magia que brota cuando todos comparten sus experiencias, que perdurarán como un recuerdo imborrable de su camino.
Como acertadamente dice el refranero, el hábito no hace al monje, y por lo que se desprende de la encuesta, los peregrinos opinan lo mismo. Albergues de capitales de provincia (Salamanca, Zamora, Ourense), ubicados en algún caso en antiguas casas señoriales, dotados de unas instalaciones lujosas y confortables, no reciben luego la recompensa esperada en las valoraciones.
Centrémonos en dos de los albergues de la provincia: el de Zamora y el de Tábara; el primero de ellos gestionado por la sección de Hospitaleros Voluntarios de la Federación Española de Asociaciones del Camino de Santiago, y el segundo por la Asociación Zamorana de los Caminos de Santiago. Con independencia de la valoración que podamos hacer en cuanto al tipo de acogida lo cual sería algo objetivo y seguramente un tanto interesado, y centrándonos solo en las cifras, nos sorprende todavía un poco más la diferencia que hay en la opinión de los peregrinos: los 44 votos de diferencia que hay entre ambos habría que multiplicarlos por tres, por cuanto el número de peregrinos que utilizan el albergue de la capital triplica al de Tábara, y muchos de los que han respondido la encuesta pueden haber sido acogidos en el primero pero no en el segundo, dependiendo del itinerario seguido a partir de Granja de Moreruela.

VALOREMOS NUESTROS VALORES
Convencidos de que no somos menos que los demás y que podemos ser tanto o más eficientes que los que vienen de fuera como así lo ratifican los testimonios de aquellos que de forma objetiva y desinteresada opinan sobre lo que hacemos, a comienzos del pasado año decidimos presentar una propuesta al Ayuntamiento de Zamora, solicitando que fueran los propios zamoranos los que se hicieran cargo de la gestión del albergue municipal de la capital.
Quede claro, y que no ofrezca ninguna duda, que valoramos y ensalzamos el trabajo que realizan los hospitaleros durante el tiempo que están al frente del albergue (normalmente una quincena), pero somos conscientes de que es mejorable: la más grata impresión que el peregrino se puede llevar de la ciudad será, sin duda, la que le haya sabido transmitir el hospitalero, orgulloso de vivir en ella, de conocerla y mostrarla a cuantos lleguen.
Nuestra solicitud a la oferta de la gestión es la de poder concurrir en las mismas condiciones que los demás, y si de ella se generan recursos, estos irían íntegramente destinados a la promoción de las rutas jacobeas de nuestra provincia, con especial dedicación al Camino Zamorano Portugués, que tiene como punto de inicio, precisamente, la capital.
Entendemos que sería una buena oportunidad de planificar el próximo Año Santo al menos nuestra asociación ya lleva tiempo trabajando en ello, de tal forma que Zamora, capital y provincia, pueda recibir peregrinos que, gracias a la acogida recibida, se conviertan luego en nuestros mejores embajadores. Ha transcurrido casi un año desde que se registró la propuesta, y nos imaginamos que habrá quedado relegada al olvido en algún cajón, porque hasta la fecha no hemos recibido notificación alguna al respecto.
Recientemente el Grupo de IU de Zamora organizó un ciclo de conferencias sobre la despoblación, en las que los ponentes abordaron la lacra que sufren muchos pueblos de nuestra geografía. Al poeta germano Goethe se le atribuye la frase de que Europa se hizo peregrinando a Compostela; bueno sería que los pueblos de las comarcas de Alba y de Aliste, que inexorablemente languidecen ante un futuro cada vez más incierto, pudieran tener en el Camino una esperanza de desarrollo.
Quizá sea mucho imaginar, pero quienes todavía somos capaces de soñar hemos visto cómo pueblos de Burgos y Palencia, en su día agonizantes, han revivido gracias a los peregrinos que transitan por ellos, contando ahora con servicios que hace apenas una década ni los más optimistas del lugar imaginaban que pudieran llegar a tener; al menos a los zamoranos nos queda la satisfacción de que alguno de estos lugares se han revitalizado con los recursos generados en Zamora, aunque los nuestros sigan en precario.
Nos acercamos a ese tiempo periódico en el que personas conocidas y otras que, de momento, nos lo resultan menos coparán los medios de comunicación con sus promesas y bonitos mensajes, intentando ganarse nuestra confianza y poder decidir por nosotros; nos reiterarán hasta la saciedad todo lo que han hecho en estos años, pero no olvidemos que es también el momento de recordarles lo que tienen que hacer y, principalmente, todo aquello que no han hecho.
Saludos

José Almeida Rodríguez
Asociación Zamorana de los Caminos de Santiago

Camino de Santiago en Tábara es otra historia