viernes. 29.03.2024

Hace algunos años, el mundo de los videojuegos tuvo muy mala publicidad con el sonado caso de un adolescente, etiquetado de "jugador de Final Fantasy", que tuvo un brote psicótico y asesinó a su familia con una catana. La polémica se desató, culpando la afición del chico por este juego de su desequilibrio.

"Los videojuegos son malos", decían, "fomentan la agresividad", pero poco a poco el enfoque ha ido cambiando y dejando de lado esta singularidad, para centrarse en otras propiedades de los mismos. Como todo, depende de la medida y de todo lo que se tiene alrededor, pero en un mundo en el que la tecnología nos rodea en cualquier ámbito, las nuevas generaciones son nativos digitales y este es su ecosistema. El buen uso de los videojuegos y juegos online puede tener diversos beneficios, como la concienciación para causas concretas (medio ambiente, integración social, entreno de la capacidad de emprendimiento). También se han estudiado sus posibles efectos positivos en el desarrollo intelectual, y se ha demostrado que por norma general los videojuegos pueden favorecer la orientación espacial, el cálculo mental, el aprendizaje de idiomas, la resolución de conflictos o el entreno de la memoria a medio y largo plazo.póker_torneos_on_line.jpg

En el entorno académico cada vez es más común emplear este tipo de recursos, y también las empresas acuden a ellos para formaciones puntuales o para promover la cohesión entre los miembros de un equipo y enseñarles a cooperar para un objetivo común. Sin embargo, estos contextos emplean los videojuegos como canal, como medio para llegar a un fin, mientras que, y cada vez con mayor frecuencia, los juegos en línea son en sí el objetivo. Jugar de manera profesional, competir, pertenecer a un equipo: estas son las aplicaciones posibles del aquí y el ahora. Un amante de la música con conocimientos de guitarra soñará con dedicarse profesionalmente a ello, convirtiéndose en músico, grabando su propio disco y dando conciertos como miembro de un conjunto musical. Un buen jugador de baloncesto hará lo mismo: intentar explotar su talento consiguiendo fichar en un gran equipo y llegar a competir en la NBA. Desde que los juegos en red dieron lugar a las competiciones, son muchos (y de diferentes edades) los que tratan de destacar sobre el resto y ganarse la vida haciendo lo que más les gusta: jugar.

No sólo sucede con videojuegos del tipo League of Legends o FIFA: 888 Poker Online es testigo de la cantidad de adultos que practican regularmente el poker online sin dinero para coger tablas y aprender una buena estrategia para después competir tanto en torneos online como presenciales. De hecho muchos de los grandes jugadores que han triunfado en grandes campeonatos como el European Poker tour o el Circuito Nacional de Poker han llegado a ellos ganando la entrada en un satélite online. A diferencia de los juegos de casino, en este no sólo interviene la suerte, sino que requiere de una preparación y unas habilidades que se pueden (y se deben) entrenar, por lo que se asemeja a otros deportes de competición, heredando un formato parecido para torneos y campeonatos.

Precisamente el zamorano Jorge Diego García ha llegado muy lejos en el mundo del poker. Su primer gran éxito fue en 2016 cuando llegó al Main Event del quinto CNP (Circuito Nacional de Poker) en Madrid en la categoría No Limit Hold'em: en esta ocasión quedó en vigésimo noveno lugar, pero año y medio después escalaba hasta el cuarto puesto en el SPF (Spanish Poker Festival), y sólo un mes después seguía en puestos destacados, en este caso en el 888poker Live Barcelona, quedando en décimo segundo puesto. Ya en el panorama internacional, hace algo más de un mes que ha participado en el EPT (European Poker Tour), siempre en la categoría de No Limit Hold'em. En este último, y con muchísima más competencia, ha alcanzado el puesto número 79. Su mayor premio han sido 8.479 dólares y se estima que ya lleva conseguidos más de 18.000 dólares en premios. Son cifras que animan a dedicarse profesionalmente al juego, y lo mismo sucede en el terreno de los deportes electrónicos, aunque a efectos económicos funciona de manera diferente, ya que para competir en los torneos oficiales hay que pertenecer a equipos que se rigen por el mercado de fichajes del mismo modo que sucede en deportes tradicionales como el fútbol o el baloncesto.

Sin duda alguna, la perspectiva acerca de la utilidad de las competiciones online de juegos y videojuegos ha cambiado significativamente de un tiempo a esta parte, contando con el apoyo de organismos gubernamentales e incluso siendo promovido desde el entorno universitario. Precisamente el pasado año en la III Feria de Empleo y Emprendimiento organizada por la Cámara de Comercio se puso énfasis en las posibilidades de la profesionalización del juego, orientado sobre todo a menores de 30 años, esa generación que se ha criado con ello y que mejor lo entiende. España, además, destaca por encima de otros países por contar con muy buenos jugadores, de relevancia internacional, tanto en el sector del juego (especialmente del poker) como en el de los esports.

Torneos online, ¿sólo un juego?